15 de març 2010

Catalunya y la electricidad tercermundista

NUEVATRIBUNA.ES - 15.3.2010


. Hemos vivido unos años en que la falta de inversión ha ido acompañada de un crecimiento del beneficio y la cotización de le empresa, especialmente durante la subasta de la venta de ENDESA por parte del nefasto señor Pizarro, y los beneficios multimillonarias que algunos consiguieron con una sobrevaloración de una empresa, mientras se descuidaba de forma grave sus responsabilidades. 

El pasado 8 de marzo cayó en Catalunya una fuerte tempestad de nieve y viento que provocó durante unas horas un fuerte colapso en los servicios públicos de todo tipo. En definitiva una situación que cabría calificar de normal en una zona donde este tipo de tempestades no se dan con frecuencia. La mayoría de los servicios se reanudaron al cabo de las primeras veinticuatro horas de forma generalizada, quedando, como siempre, algunas zonas más aisladas donde la normalidad tardó más en llegar.

Y decimos la mayoría de los servicios porque uno, la electricidad, ha tardado más de una semana en recuperarse en amplias zonas de la Costa Brava en Girona. Y esta recuperación no es aún total, todavía hoy quedan usuarios sin electricidad en algunas poblaciones y en otras una gran parte está cubierta de forma precaria, con generadores.

Esta situación es incomprensible y difícil de aceptar socialmente. Hemos visto como decenas de torres de alta tensión aparecían rotas como si fueran de papel, otras caídas, lo cual provocó a su vez problemas en las comunicaciones, tanto por carretera como, aún más, por ferrocarril. Y decimos por carretera porque en la autopista de peaje que une Barcelona con la frontera, no sólo hubo el problema del cierre de la frontera, por parte de las autoridades francesas, y de la propia nieve, sino que hasta tres torres de alta tensión cayeron sobre esta vía de circulación. Asimismo la caída eléctrica provocó que la circulación de trenes se suspendiera en Girona casi durante cuarenta y ocho horas.

El problema del suministro eléctrico es ya una constante en Catalunya. Sólo basta recordar la gran apagada en que se sumió gran parte de Barcelona ciudad, durante varios días hace poco tiempo. El problema es uno. Las compañías eléctricas, en especial la mayoritaria Endesa, llevan demasiado tiempo sin efectuar las debidas inversiones en la adecuada conservación de la red de alta, media y baja tensión. Ello junto con la política de adelgazamiento de la empresa que ha comportada una catarata de externalización de sus funciones, especialmente el mantenimiento, y la perdida de calidad en el dicho servicio troceado entre una multitud de contratas y subcontratas.

Hemos vivido unos años en que la falta de inversión ha ido acompañada de un crecimiento del beneficio y la cotización de le empresa, especialmente durante la subasta de la venta de ENDESA por parte del nefasto señor Pizarro, y los beneficios multimillonarias que algunos consiguieron con una sobrevaloración de una empresa, mientras se descuidaba de forma grave sus responsabilidades. Y ahora nos encontramos con una red ineficiente y faltada del más mínimo mantenimiento y que a la mínima anormalidad atmosférica se hunde como un gigante con pies de barro.

Y encima la dirección de Endesa intenta justificarse, tirando pelotas fuera, diciendo que el problema es debido a que no se ha construido la línea de Muy Alta Tensión (MAT), cuyo objetivo es enlazar mediante la muy alta tensión nuestra red electrica con la francesa, y así crear una vía que permita en transito por nuestro país hasta Marruecos del exceso de producción de electricidad nuclear de Francia.

En definitiva que los señores de Endesa han intentado justificar su ineficacia escudándose en la falta de construcción de la línea de la MAT. Y algún alto representante político como el President Montilla les ha hecho el eco.

Sería bueno no marear la perdiz ni confundir los debates. Una cosa es el tema, muy polémico en Catalunya sobre el trazado y la conveniencia de la red de la MAT y otra muy diferente la situación vivida con la electricidad a raíz de la nevada del día 8. El problema no ha sido que hubiera una falta de capacidad de suministro de electricidad, sino que la caída de las torres de alta, media y baja tensión que ha provocado que más de 200.000 personas hayan vivido más de una semana a oscuras. Dándose el caso que junto a un pueblo o ciudad sin electricidad hubiera otro con toda la luz. En definitiva el problema actual no tiene nada que ver con la necesidad o no de la MAT, que es otro tema, sino la realidad de una red eléctrica falta del más mínimo cuidado por parte de una empresas privadas, las cuales se han guiado únicamente por el objetivo de maximizar el beneficio, entre otras formas a partir de la reducción de costes e inversiones.

Lo que puede que si debiera ser un tema a discutir o reflexionar, a la vista de lo que ha sucedido, es si ha sido positiva la privatización de los servicios públicos. Hasta alcaldes de CiU afectados pedían irónicamente estos días una renacionalización del servicio eléctrico. Vivir para ver. Por cierto en la vecina Francia el servicio eléctrico aún es público. Aquí mientras ENDESA está hoy en manos italianas. Contentos estarán Pizarro y Esperanza Aguirre que en su momento dijeron: Endesa mejor alemana que catalana.