26 de juny 2011

De charla con López Bulla sobre los antiguos y nuevos movimientos.



Jose Luis Lopez Bulla en acción

Mi anterior entrada del blog 15M y sindicalismo: confluir desde el respeto era una respuesta al reto que el amigo José Luis me lanzó en Factbook, y que el ha completado con una nueva entrada en su blog "Charlando con Manel Garcia Biel sobre el 15M y el sindicalismo"“. Realmente se ha tratado de una charla amical que hemos efectuado aprovechando este puente de Sant Joan.

Está claro que  este debate o diálogo, con quien ha sido mi maestro y secretario general de mi sindicato, conlleva más acuerdos que diferencias, que en todo caso son de matiz. Sin embargo continúo creyendo que existe una realidad que es el movimiento sindical, más concretamente en nuestro caso nuestras queridas CCOO, con una larga trayectoria histórica, con su infancia, juventud y estado adulto. Está claro que en la historia encontramos periodos de infantilismo, y que sin duda hemos madurado a base de errores. Siempre he creído que para avanzar se aprende más de los fallos y de las dificultades que de los aciertos y los buenos tiempos. Pero lo cierto es que somos un movimiento consolidado y que, a pesar de ello, aún conservamos la vitalidad que nos permite rectificar cuando vemos que podemos errar. Creo que el mejor ejemplo está en nuestro último Congreso Confederal cuando a pesar de los avances obtenidos en la etapa Fidalgo, dentro del sindicato se observó el peligro de una dirección que se pretendía poseedora de todas las verdades y mostraba síntomas de “despotismo ilustrado”. La reacción interna y el cambio conseguido creo que, aún hoy nos permite poder afirmar con orgullo, hay pocas organizaciones que sean capaces de realizarlo.

Es evidente amigo José Luis que no pretendo comparar ni poner en un mismo nivel a un movimiento recién nacido con otro consolidado. Es evidente que el movimiento del 15M, nos ha aportado elementos importantes de reflexión y sobre todo ha hecho emerger a la superficie toda una insatisfacción social que hasta ahora había recibido poca atención. Y creo que ello ya es muy importante, al margen de su evolución posterior. Sin embargo, y a pesar de su juventud, debemos darles un trato de adultos. Y es por ello que desde el respeto a su autonomía, debemos analizar sus aspectos positivos, muchos, pero también aspectos negativos, que pueden ser minoritarios, pero que sin duda pueden perjudicar su futuro e incluso llevar al conjunto del movimiento a la marginalidad, en la que durante tanto tiempo se han movido esos elementos que pretenden aprovecharse e incluso si pudieran monopolizar el movimiento del 15M.

Yo, y creo compartir contigo el tema, considero que al 15M hay que tratarlo de tu a tu. Sin condescendencia, sin falsos halagos, eso es lo que se hace desde la política,  y sin críticas preventivas. Respetando su autonomía de movimiento social y ciudadano, pero a la vez exigiéndoles respeto a la autonomía del movimiento sindical organizado y hasta creo que es lógico exigirle objetividad respecto a la realidad del movimiento sindical confederal.
   
Realmente creo que hay que tener respeto tanto al movimiento del 15M como a la multitud de ciudadanos que se han reconocido en los “indignados” del 15M. Pero a la vez debemos tratar de hacer reflexionar que nadie tiene el monopolio de la indignación ante la actual situación. Y que desde hace muchos tiempo hay millares de “viejos y no tan viejos indignados” que desde el campo social, sindical e incluso político vienen defendiendo la necesidad de una sociedad más libre, más justa y más democrática.

Apreciado José Luis, para acabar este dialogo de Sant Joan, creo que pase lo que pase en el futuro con el movimiento del 15M, los aspectos de liberación de energías positivas no tengo duda que tendrá repercusión en el futuro. Y vuelvo a poner el ejemplo de las movilizaciones contra la Guerra de Irak. Una vez pasadas aquellas movilizaciones dejaron sin duda un “poso” positivo en mucha gente que después se ha canalizado a través de diversas formas de participación social y política.

Bueno pase lo que pase en el futuro, creo que tú, José Luis, y yo nos continuaremos indignando como hemos hecho durante mucho tiempo y evitando caer en el sectarismo infantil, siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de nuestros mayores, ahora un poco infravalorados socialmente. Un abrazo.

Antonio Gramsci, uno de nuestros mayores

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