29 de gen. 2011

El vergonzante intento de liquidar las Cajas de Ahorro

nuevatribuna.es | 29.01.2011


Durante más de cien años las Cajas de Ahorros han cumplido un importante y exitoso papel en nuestra sociedad. Han sido la base del ahorro popular, han evitado la exclusión financiera de amplios sectores sociales y han contribuido al desarrollo del territorio donde estaban inmersos.

Tal ha sido el éxito de las Cajas de Ahorros que han llegado a constituir el 50% del mercado financiero del estado, lo cual ha permitido una dualización del sistema entre bancos y cajas, y ha beneficiado la competencia en el sector financiero. Y todo ello pese a tener grandes adversarios y enemigos confesos. No sólo la gran banca y otros importantes grupos económicos y de presión.

Desde hace más de 25 años desde instancias gubernamentales y desde el propio Banco de España se ha estado trabajando contra las Cajas. Lo cual no deja de ser sorprendente en un país que hasta la última crisis quien había causado problemas a la economía había sido sólo la banca privada. Pero parece que las Cajas de Ahorros estorbaban. Ya con Carlos Solchaga en el Ministerio de Economía se aprobó la primera medida privatizadora contra las Cajas, la aprobación de las Cuotas Participativas, el embrión para una privatización de estas entidades sociales. La medida que fue posteriormente ampliada por gobiernos socialistas y populares no fructificó jamás. La razón fue simple, desde el sector, y en especial desde el movimiento sindical mayoritario en las Cajas, es decir desde CCOO, se popularizó la idea de que aquella caja que emitiera este tipo de instrumentos sería una caja que tenía problemas. Pero, a pesar de que no fructificaran las cuotas es evidente que los enemigos cualificados de las Cajas, comenzando por el propio regulador, el Banco de España, la gran banca, medios de comunicación y sectores políticos se continuaba cuestionando el papel y la propia existencia de las cajas de ahorros.

Ahora después de décadas de intentarlo parece que ha llegado el momento de que fructifiquen los intentos de acabar con este “anacronismo”, según ellos que son las cajas, y la justificación es la crisis y la difícil coyuntura que ésta ha representado para las cajas.

Las Cajas padecen cuando las familias padecenEs evidente que la crisis económica e inmobiliaria ha repercutido de forma seria en estas entidades, como ha repercutido en la sociedad. Es evidente que la crisis de la sociedad española ha tenido una mayor repercusión en las cajas que en los bancos por una simple razón, las Cajas están profundamente enraizadas en las familias y en las pequeñas y medianas empresas y éstas son las que están sufriendo más la crisis. Los millones de parados son clientes prioritarios de las cajas de ahorros. Las dificultades de pago de los préstamos hipotecarios por parte de las familias afectan fundamentalmente a las cajas, es lógico pues eran, entre otras cosas, los bancos de las familias. Y por tanto, padecen cuando las familias padecen.

Es evidente que ha habido errores por parte de los gestores de las Cajas. Nadie lo pone en duda. Dieron en demasía y con demasiadas facilidades créditos a promotores y compradores particulares. Son culpables por ello, y ésto les llevó a superar sus capacidades de crédito y endeudarse con entidades financieras foráneas, cosa que también hizo la banca privada. Es decir como el resto de la sociedad creyeron alegremente que nuestro país era una fiesta. Cabe decir que si los gestores de las Cajas fueron irresponsables en esta situación lo fueron en el mismo nivel que el conjunto de la sociedad española, y en todo caso menos que los gobiernos de Aznar o Zapatero, para los cuales el desarrollo de nuestra economía era “de nota”. Recordemos que Aznar daba lecciones a Alemania, y que para Zapatero éramos una economía que jugaba en la “prèmier ligue" y con un sistema financiero de primera. La misma culpa cabe dar al regulador, es decir al Banco de España y a sus directivos comenzando por el inefable MAFO, hoy el gran enemigo de las Cajas, el que querría que todas acabaran en puros bancos, y el que en ningún momento, él que es tan dado a dar lecciones, adoptara medidas para evitar el excesivo endeudamiento y riesgo exterior de nuestras entidades financieras.

Dar satisfacción a los tiburones financieros nacionales e internacionalesY en éstas llega la crisis y nuestros responsables políticos y económicos reaccionan tarde y mal. Finalmente para todos ellos, especialmente azuzados por MAFO y la Vicepresidenta Salgado se considera que el problema son las Cajas y hay que acabar con ellas y dar satisfacción a los tiburones financieros nacionales e internacionales a los cuales se les hace la boca agua de pensar que pueden hacerse con la mitad del sistema financiero español a precio de rebaja o subasta a la baja. Jamás se les ocurre a nuestros responsables la posibilidad de ayudar a salir del trance a nuestras Cajas de Ahorros, ayudar a recapitalizarlas y dejarles continuar con su existencia y mantener la función que venían cumpliendo. Si hubieran actuado a tiempo, hace ya más de dos años se podría haber intervenido directamente o bien ayudarlas mediante, por ejemplo la compra de inmuebles, la llamada “creación de banco malo”, con la cual el estado se hacía con unos inmuebles a buen precio que después podía utilizar bien para viviendas de protección o alquiler social, a la vez que recapitalizaba las entidades.

Lo que ha quedado meridianamente claro es la nocturnidad y alevosía con que se ha llevado el proceso político de reestructuración del sector. Un tema de esta importancia, donde está en juego el futuro de la mitad de nuestro sistema financiero se ha efectuado en plenas vacaciones parlamentarias, sin tan sólo discutirse en un Pleno del Congreso, con el acuerdo entre los dos grandes partidos, en una época en que discrepaban en todos los otros temas y sin que los grandes medios de comunicación dijeran nada al respecto. Sólo las organizaciones sindicales, algunos articulistas esporádicos y los partidos de la izquierda minoritaria han intentado hacerse oír entre el silencio generalizado.

Es evidente que la crisis inmobiliaria ha provocado unas perdidas de alrededor de 150 mil millones de euros entre promotores y entidades financieras que aún no han emergido y que ello lastra la credibilidad de nuestra economía. Y es lógico que los bancos de la familia, es decir las Cajas de Ahorros, hayan salido perjudicadas. Pero su eliminación nos comportará nuevos problemas en el futuro. Con la desaparición de las Cajas se provocará un mayor oligopolio financiero en nuestro país, problemas de exclusión financiera para sectores de la población. ¿Quién cumplirá el papel de banco de las familias, especialmente de las menos favorecidas? ¿Y el dividendo social que la sociedad recibía de ellas a través de las obras sociales? ¿Y el papel de financiación del territorio?

La Caixa: sabor agridulceAyer se dio una noticia agridulce, “la Caixa” la entidad más importante del sector se reestructuraba y creaba un banco pero mediante un alto control, no solo accionarial, sino real, por parte de la propia caja, que mantenía su objetivo y finalidad. Dadas las malas perspectivas no dejaba de ser una buena noticia, fruto sin duda de la negociación de los más altos directivos y gestores y la fuerte representación en el Consejo de la representación sindical de CCOO. Se ha optado por un camino aceptable, lejos de la creación de un SIP que comporta crear un banco el cual funciona al margen del control social por parte de los Consejos de Administración de las Cajas afectadas, y lejos también de la mera conversión en una Fundación camino de la irrelevancia financiera. Pero el problema es: ¿Podrán otras cajas seguir el mismo camino que permite salvar lo esencial pese al cambio? Mi opinión es que será difícil, puede que la BBK o una fusión de las cajas vascas lo permitiera, pero en general soy pesimista al respecto. ¿Como muestra veremos que pasa con el SIB del conglomerado de cajas liderado por Caja Madrid y como afronta el futuro.

Me permito agradecer los artículos que en los últimos días han aparecido del ex Conseller de Justicia de la Generalitat Josep Mª Vallés sobre “ La Tercera desamortización” o del catedrático Anton Costas sobre “ El mayor desmán financiero de la historia”, a ambos y a algunos otros como el ex ministro Jordi Sevilla, debemos agradecer su voz de denuncia y discrepancia.

11 de gen. 2011

Zapatero el abrepuertas de la derecha

nuevatribuna.es | 11.01.2011 1

Cabe decir, de entrada que difícilmente la derecha y el PP se hubieran atrevido a tanto, porque sin duda se hubiera dado una reacción política mayor y, por ejemplo, los sindicatos hubieran estado más acompañados política y mediáticamente que lo que lo han estado estos últimos tiempos.

Hubo un día en que Zapatero, cual Saulo, se cayó del caballo, y se convirtió en San Pablo, y renegando de todas sus anteriores afirmaciones, se propuso ser el alumno más aventajado de la clase y capaz de conseguir el aplauso de los mercados.

Desde el día de su conversión Zapatero no ha parado. Congelación de las pensiones; recorte de salarios a los funcionarios; imposición de la Reforma Laboral; Reforma y privatización, bancarización sería mejor decir, de las Cajas de Ahorros; eliminación de la ayuda de los 426 euros mensuales a los parados sin subsidio; subida de las tarifas eléctricas. Y para dentro de poco reforma del sistema de pensiones con alargamiento de la edad de jubilación a los 67 años, y anuncio de reforma de la negociación colectiva incluyendo la eliminación de la ultractividad de los convenios. Y aún no ha acabado la legislatura.

Y junto a ello fotos y titulares para los medios internacionales. Como la foto de la reunión del Presidente con los representantes de las grandes empresas. ¿Para pedirles que arrimen el hombro? No, al contrario, para que los grandes empresarios le lean la cartilla y le impongan los deberes que debe realizar: “las reformas”.

Zapatero, desde su caída del caballo, sólo sabe mirar a la derecha. Clama que hay que sacrificarse para salir de la crisis. Pero el sacrificio sólo parece que lo deban pagar unos, ya que para los ricos y los poderosos no se aplica la más mínima medida ni tan sólo como pantalla de engaño.

Zapatero no engaña, esta dispuesto a todo, a que nos sacrifiquemos lo que sea preciso todos para salir de esta grave crisis. Todos no, hay unas pocas excepciones a las cuales no se dirige nuestro ZP, estas son, las grandes fortunas, los grandes poderes financiero- empresariales y el capital especulativo. Estas excepciones no deben sacrificarse porque ellos no tienen nada que ver con esta crisis para nuestro ínclito Presidente.

Evidentemente, nada de hablar de política fiscal, ni de persecución del fraude, ni de actuar sobre la economía sumergida que dicen alcanza cerca de un 25% en nuestro país. Ni de gravar los beneficios de las grandes empresas, ni los beneficios derivados de la especulación bursátil. De eso nada de nada. ¿Qué podíamos esperar de alguien como nuestro Presidente que cuando aún parecía ser de izquierdas ya decía que “bajar impuestos es de izquierdas”?. Como máximo sube el IVA que grava el consumo y la gran masa de consumidores que son los ciudadanos. La opción está clara, aquí no se habla de cómo aumentar ingresos del Estado, sino de rebajar gastos, y el gasto reside en gran manera en los ciudadanos a los que hay que apretar el cinturón.

Zapatero y su partido no hacen caso a las encuestas que determinan la opinión de la ciudadanía ante sus políticas económicas, laborales y sociales. El Presidente tiene un deber divino por delante y nadie en su partido le lleva la contraria. Importantes voces. Desde Felipe, a otros voceadores de las reformas, todos ellos desde insignes poltronas y bien arrellanados en mullidos sillones, protegidos por sus importantes ingresos mensuales le aplauden y le instan a “ser valiente y no vacilar”. Lo mismo le piden la mayoría de medios de comunicación supuestamente progresistas, con escasas excepciones: “adelante, se precisan reformas y sacrificios”, por el país. ¿Y el país no son acaso sus ciudadanos? Pero el Presidente, ese que un día miraba a la izquierda, ahora no hace más caso que al “oráculo de las reformas y los sacrificios”. Como escribía un buen amigo mío: “nuestro sacrificio, el de la sociedad, que no el suyo”.

Y la derecha ¿qué dice ante todo ello? La derecha calla y otorga. Critica algún tema social, en ocasiones, y por claro interés electoral, hasta se modera formalmente ante las reformas de Zapatero, pero en el fondo lo aplaude, y alguna de sus agentes como la Patronal pide: “Más, más, más”.

En realidad Zapatero le está haciendo todo el trabajo sucio a la derecha, que si gobierna en el futuro hasta podrá ser magnánima con las clases populares y dar una apariencia de moderada. Y es que sería difícil de superar desde la derecha lo que está haciendo Zapatero y el PSOE desde el Gobierno.

Zapatero ni tan sólo reacciona ante hechos claros como la derrota electoral en Catalunya, no fue su culpa, fue la culpa del tripartito, sus políticas económicas no tuvieron nada que ver. Veremos si el revolcón estrepitoso, que ya se ve venir en las autonómicas y municipales, del próximo mayo provocan alguna reacción aunque tardía en el PSOE, que no en Zapatero ya que su objetivo ya no es de este mundo, él va a salvar a España de la crisis y a abrir la puerta de par en par y por mucho tiempo a la derecha.

Y es que Zapatero que era el hombre llamado a renovar y relanzar las políticas de la izquierda, habrá sido el “abrepuertas” político de la derecha, y si nadie lo impide, el enterrador del PSOE por mucho tiempo y de cualquier posibilidad y oportunidad para una política de izquierdas en este país.

31 de des. 2010

Peligros de ruptura de la cohesión social en Catalunya ( y II )

nuevatribuna.es | 31.12.2010

Catalunya ha sido siempre tierra de emigración y de mezcla, lo fue en los años cincuenta y sesenta, con una fuerte inmigración interna, procedente de otras regiones más desfavorecidas y que ayudaron sin duda a hacer de Catalunya una tierra desarrollada económica y culturalmente, el referente más europeo de España.

En los últimos tiempos Catalunya ha sido una vez más receptora de inmigración, esta vez de allende nuestras fronteras, magrebíes, subsaharianos, latinoamericanos, del este de Europa, se han incorporado a la sociedad catalana en todo su territorio en mayor o menor cuantía. Hoy Catalunya es, y debe contemplarse como un fenómeno positivo, no exento de problemas claramente superables, un mosaico donde conviven los catalanes de nacimiento, los catalanes provenientes de otras zonas del estado, los llamados “nuevos catalanes” que ya no lo son tanto, y estos “novísimos catalanes” provenientes de todos los confines. Eso es hoy la nación catalana integrada dentro del Estado español.


La perversa utilización de la emigración

Como hemos indicado Catalunya ha incrementado en pocos años, en más de un millón y medio, su número de habitantes. Ha habido una importante corriente de inmigración exterior, motivada en gran medida por la demanda de mano de obra que precisaban nuestros empresarios, fueran inmigrantes legales o ilegales. Pero como dicen de una forma muy gráfica los dirigentes de CCOO de Catalunya, “pidieron mano de obra y les enviaron personas”. Nuestra muchas veces farisaica sociedad precisaba de mano de obra barata, pero después del trabajo les hubiera gustado que pudieran desaparecer de sus calles.

Ahora, aprovechando la crisis, han ido apareciendo voces que claman contra la inmigración y que piden en ocasiones su expulsión bajo el lema “primero los de aquí”. Y eso cuando es falso que los inmigrantes quiten el trabajo a los nacionales, en primer lugar porque ocupan los puestos que por una u otra razón no parecen interesar a los autóctonos (servicio del hogar, obras penosas en vías públicas, etc.).

No se puede negar que toda inmigración numerosa puede provocar problemas de convivencia. La gente que emigra lo hace, normalmente, por necesidad, en muchas ocasiones es gente pobre, de zonas rurales, con su propia cultura y forma de relacionarse. Esta situación ya se dio en Catalunya con las oleadas de emigración interior hacia Barcelona y otras zonas industriales. La gente procedente de zonas rurales tiene por ejemplo más costumbre de hacer vida en la calle, y ello choca con la concepción normal de los urbanitas. Eso pasó antes y pasa ahora. También es normal que los recién llegados con bajo poder adquisitivo se instalen en las zonas más modestas, que sus nuevos vecinos vean a los recién llegados como competidores y empobrecedores de su ya modesto hábitat. Es por ello que en momentos en que la crisis golpea sea fácil, con la demagogia oportuna, culpar por parte de populistas y xenófobos, a los recién llegados como los culpables de todos los males de la crisis que afectan a los vecinos más antiguos. Y siempre hay muchos “ingenuos” que compran ese mensaje, así no son los “mercados” ni los “poderes financieros y especuladores” los culpables de la crisis, sino el diferente, el recién llegado, el de la piel más oscura o el del hablar diferente, el musulmán o el rumano, aquel a quien es fácil distinguir y hacer el “chivo expiatorio” de nuestros males sociales. Así los emigrantes son los responsables de que se colapsen nuestras escuelas, nuestros ambulatorios, los culpables de la inseguridad, los delincuentes, etc.

Ese mensaje ya se inició hace algunos años en algunos lugares concretos ( podéis ver el articulo en Nueva Tribuna “ Vic un embrión de la xenofobia en Catalunya”), ahora ésto se ha expandido de una forma más general. La iniciadora, la xenófoba “Plataforma per Catalunya” de Josep Anglada ( antiguo dirigente de Fuerza Nueva que ahora no duda en envolverse en la bandera catalana) se ha expandido con su lenguaje raso, brutal y estigmatizador de todo lo que tenga que ver con la emigración. En las últimas elecciones al Parlament logró la no despreciable cifra de 75000 votos y estuvo a punto de conseguir representación parlamentaria. Pero no están solos. En la campaña al Parlament uno de los ejes centrales de la campaña del PP fue la política de mano dura con los emigrantes y es evidente que consiguió adeptos seducidos por su propaganda xenófoba, uno de sus máximos ejemplos fue la campaña anti-rumana en Badalona, por la cual su concejal Xavier Garcia Albiol ha sido llevado ante los tribunales.

Es evidente que la xenofobia es un fruto de fácil cultivo y que da frutos rápidos, porque va dirigido hacia los más bajos instintos humanos de la población. Y lo más peligroso es que se contagia rápìdamente. Si las elecciones al Parlament fueron un aviso, las municipales pueden ser el momento cumbre en que se van a manifestar estas posiciones que no dudaría en calificar de “excrementos político-sociales”, especialmente en localidades con importantes núcleos de población inmigrada. Es evidente que tanto la Plataforma como el PP van a hacer del tema de los emigrantes su caballo de batalla, pero a ellos se pueden sumar aquellos, que como algunos sectores municipales del PSC, después del ambiente de derrota provocado por el resultado de las autonómicas, piensen que pueden perder posiciones por parecer débiles en este tema. Así hemos visto como en los últimos días alcaldes del PSC ( Hospitalet, Salt, Badalona) dictan ordenes contra los migrantes incívicos, como antes lo hicieron contra la utilización del velo islámico Reus, Lérida ( pese a la ínfima cantidad de velos que pueden verse) porque parece que es popular y da imagen de fuerza y valentía.

Es evidente que el peligro de la ultraderecha xenófoba existe, pero es más peligroso aún que sus mensajes contaminen a formaciones democráticas de derechas y aun más que contaminen a las de izquierdas, sólo por el hecho de que sus votantes, al ser los que conviven más con los emigrantes, con lo que son posibles más roces y resquemores, sean más sensibles a los mensajes racistas.

En este momento cabe decir que el problema derivado del aluvión migratorio, demandado por nuestro sistema productivo, y un factor inequívoco de riqueza, debe ser abordado a partir de más inversión social en los barrios y pueblos más afectados por la llegada de los nuevos vecinos. Más escuelas, más ambulatorios, más agentes de integración, etc., en suma más inversión social en estas zonas, es una importante vacuna contra los mensajes xenófobos y racistas. Que la población residente vea que la llegada de los nuevos vecinos ha comportado también una mejora en lo relativo a equipamientos y mejoras en las zonas, evitando que se conviertan en barrios marginados y desheredados. En este sentido han sido poco valorados los esfuerzos realizados y los recursos invertidos por el Gobierno tripartito en estos temas.

Junto a ello la mejor vacuna es otorgar el derecho de voto a los nuevos vecinos y ciudadanos, como mínimo en las elecciones municipales. Es fácil convertir a un ciudadano de segunda sin voto en chivo expiatorio, pero si ese 13% de la población catalana tuviera derecho al voto, ya veríamos como los mensajes serían otros o como mínimo algunos se lo pensarían. Y lo lógico y justo estaría a favor de otorgar ese derecho a los inmigrantes ya implantados, si pagan sus impuestos, si cotizan para nuestras pensiones, si son portadores de riqueza, ¿Porqué vamos a negarles el ser ciudadanos a la hora del derecho de voto, cuando se lo exigimos a la hora de cumplir con sus deberes?.

A pesar de todo debo decir que tengo una percepción pesimista de la situación. En primer lugar porque la táctica electoral, para conseguir votos como sea, por parte de algunos que parecen no razonar en las peligrosas consecuencias de su actuación, pueden provocar rupturas de difícil reparación posterior.

Por otra parte porque el nuevo Gobierno de CiU parece que tiene como objetivo reducir la inversión social en lo referente a sanidad y educación públicas, para favorecer a intereses privados. Y ello sin duda puede provocar una mayor segregación social y por tanto mayor peligro de conflictos sociales y de ruptura de la cohesión en la sociedad catalana.

En las dos partes de este artículo he querido plantear dos temas, el de la lengua, en la primera parte, y el de la emigración, en la segunda, que nos deben preocupar si queremos mantener una cohesión social que Catalunya hasta ahora ha sabido mantener a unos niveles aceptables y beneficiosos para todos.

24 de des. 2010

Peligros de ruptura de la cohesión social en Catalunya (I)

nuevatribuna.es | 24.12.2010


Catalunya ha sido durante muchas décadas una sociedad cohesionada. A pesar de las oleadas emigratorias procedentes de otras comunidades de España, la cohesión social se mantuvo, pese a vivir en situaciones muy especiales como fue la falta de democracia bajo el franquismo.

Es evidente que en todo ello tuvo un papel relevante el PSUC, el partido hegemónico en la clandestinidad que en su enraizamiento entre las clases trabajadoras y culturales supo ligar la lucha por las libertades democráticas y por el reconocimiento nacional de Catalunya. Fruto de ello fue el gran movimiento socio-político que alrededor de la Assemblea de Catalunya, reclamaba Libertad, Amnistía i Estatuto de Autonomía. Toda esa política de integración se resumía en la famosa frase “Es catalán todo aquel que vive y trabaja en Catalunya”, una frase que es un reflejo de la concepción ciudadana de la sociedad catalana.

Sin embargo en los últimos tiempos están emergiendo una serie de actuaciones que por motivaciones espúreas están intentando sembrar la cizaña dentro de la sociedad catalana, que podría llegar a engendrar factores de ruptura en la cohesión social.

La problemática de la lengua

En Catalunya no hay ni ha habido un problema con la lengua. No hay ni ha habido un problema en la utilización de la lengua ni catalana ni castellana, sino que la convivencia ha sido y es muy normalizada. Sin embargo en los últimos tiempos hay quien está intentando llevar a la sociedad catalana, una polémica y unos planteamientos nacidos fuera de la sociedad catalana. Me refiero a la supuesta persecución del castellano. En Catalunya el castellano no es una lengua en regresión, al contrario. La mayoría de los medios de comunicación son en lengua castellana, y ésta tiene una presencia como mínimo igualitaria con el catalán en cuanto a lengua de relación social.

La política de inmersión lingüística, en el terreno educativo, aprobada en su momento hace muchos años, ha sido un intento de evitar la marginalidad del catalán, derivada de cuarenta años de persecución. Y la inmersión lingüística en la escuela ha sido un éxito educativo y social reconocido en el ámbito de la Unión Europea. Se ha potenciado el catalán pero no ha sido a costa del castellano. Los estudiantes catalanes tienen un nivel de conocimiento del castellano equivalente al del resto de las comunidades autónomas españolas. Sin embargo hay quien quiere crear un problema.

Primero fueron gentes ajenas a la sociedad catalana, la crítica a la supuesta marginación del catalán se oía sólo fuera de Catalunya. Sin embargo en los últimos tiempos se han introducido opciones políticas que consideran que pueden tener una presencia política haciendo causa del enfrentamiento social por motivos de lengua u origen. Fue en primer lugar Ciutadans y recientemente el PP ha visto una fuente de posibles votos en el enfrentamiento lingüístico. Un ejemplo ilustrativo. En el Parlamento catalán siempre se ha utilizado como lengua de debate político el catalán, y esto ha sido así con plena normalidad durante casi treinta años. Esta es una diferencia sustancial por ejemplo con el Parlamento del País Vasco. Pero como aquí todo el mundo habla o como mínimo entiende el catalán la normalidad parlamentaria era un hecho. En la última legislatura Ciutadans comenzó a utilizar el castellano en la cámara parlamentaria, de forma forzada y haciendo discursos en los dos idiomas, en muchas ocasiones la mitad del discurso en cada uno. El caso no tendría más importancia que su exigua representación. Pero en esta legislatura la Presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho se ha apuntado al carro de Ciutadans, introduciendo, de forma forzada, una problemática de lengua donde no la había.

Parece que el nuevo “lerrouxismo” quiere instalarse en la sociedad catalana, a partir de crear un falso problema, pero que si se insiste y tiene contrapartes similares en el arco opuesto del Parlament como la Solidaridad por la Independencia (SI) de Joan Laporta, puede llevarnos a que al final cristalice lo que hasta ahora no existía que es un enfrentamiento entre sectores sociales castellano y catalanohablantes, y esto sería sin duda un grave peligro que se debería combatir por parte de los partidos catalanes desde CiU a ICV, pasando por ERC y el PSC. Lo peor que pudiera ocurrir es que ERC se decantara por un populismo catalanista para combatir a SI, y el PSC, ante su derrota electoral, optara por competir con el PP y Ciutadans. Ello llevaría al fracaso a aquella concepción hegemónica que impulsada por el PSUC ha sido heredada por todo el catalanismo democrático hasta nuestros días.

La lengua no es ni ha sido un problema en Catalunya. La población, en especial las nuevas generaciones hablan tanto una como la otra lengua. Y el mejor ejemplo de que la lengua no es un problema lo vemos en los hijos de los nuevos emigrantes, estos no sólo hablan los dos idiomas oficiales, sino que en muchas ocasiones, especialmente los magrebíes o los subsaharianos hablan tres o cuatro lenguas. Los hijos de magrebíes por ejemplo es frecuente que hablen, el catalán, el castellano y el árabe o el amazig y el francés, sirviendo en muchos casos de ocasionales traductores a sus padres. Este si que es un buen ejemplo frente a los retrógrados que pretenden enfrentamientos lingüísticos.

En la segunda parte de este tema, en un próximo artículo, entraré a analizar el otro peligro de la ruptura de la cohesión, el referido a la situación derivada de la nueva emigración.

7 de des. 2010

Los ciudadanos, los controladores y el Gobierno

nuevatribuna.es | 07.12.2010


El puente de la Constitución ha sido un puente maldito para cientos de miles de ciudadanos que se han encontrado con los aeropuertos convertidos en una ratonera sin salida. Sabemos quien han sido los que han “pagado el pato”, los ciudadanos inocentes.

Creo que una gran mayoría podríamos estar de acuerdo en quienes han sido los culpables directos, un grupo reducido de personas, los controladores aéreos, que son una casta privilegiada y corporativa, que utilizan métodos no legales, para chantajear y defender sus condiciones privilegiadas. Condiciones privilegiadas que deberíamos recordar algunos gobiernos les dieron, concedieron o consintieron en su tiempo.

Pero que papel tiene en todo este lío el Gobierno Zapatero. Yo creo que el Gobierno ha actuado de forma farisaica y tratando de engañar a la opinión publica. Y me explico. ¿Por qué precisamente en este Consejo de Ministros se adopta este acuerdo que podría haberse adoptado en cualquier otro, antes o después? El Gobierno era consciente de la posible reacción de los controladores y pese a ello aprueba esa medida sabiendo que la reacción de los controladores podría provocar un caos y afectar a un gran número de ciudadanos que aprovechaban el puente para desplazarse.

Creo sinceramente que el Gobierno ha actuado de forma premeditada. Y después da una demostración de fuerza, que envía una foto de unos desalmados frente a los que un gobierno fuerte reacciona con presteza (presteza si pero con miles de damnificados inocentes).Y esa foro es a nivel interno e internacional. Parece ser que las fotos de cara a especialmente los mercados es lo único que preocupa a nuestro Presidente.

Pero además hay otras razones. El "follón" de los controladores oculta el resto de medidas aprobadas por el Consejo de Ministros, alguna de ellas tan grave como la adoptada en relación a la reforma de las pensiones. El Gobierno hecha un órdago que cuestiona la ponencia del Pacto de Toledo y sitúa a los sindicatos entre la espada y la pared. Prácticamente sin tiempo para intentar un acuerdo en el dialogo social.

Y eso es especialmente grave, porque es evidente que existen posibilidades para un consenso en la reforma de las pensiones. Pero ese consenso es imposible si se hace a partir de posiciones inamovibles como la que el Gobierno plantea de retrasar la edad de la jubilación a los 67, cuando es evidente que es fácil potenciarla voluntariamente mediante mejoras a los que se acojan a atrasar su edad. Cabria preguntarse: ¿el Gobierno quiere un acuerdo sobre esa reforma "estructural” de las pensiones?, o sólo le interesa la foto de un gobierno valiente que aplica un retraso obligatorio de la jubilación a los 67 años, no porque sea la única posibilidad de reforma posible, sino porque es la reforma que ya ha vendido a los mercados.

Creo que esto es lo fundamental de lo que ha sucedido este puente. Todo ello sin entrar a plantear el contenido del decreto que afecta a los controladores que contiene cuestiones muy peligrosas como considerar que las incapacidades temporales (las bajas por enfermedad con parte médico) o las horas sindicales no computan en el horario laboral. O sin plantear la demagogia de atacar al derecho de huelga en sectores esenciales, sin tener en cuenta que lo que ha sucedido nada tiene que ver con el derecho de huelga. En definitiva los controladores y sus actuaciones son despreciables, pero la actitud del gobierno, en este caso, debe descubrirse y denunciarse.

28 de nov. 2010

Los pronósticos se han cumplido y la derecha es hegemónica en Catalunya

nueva tribuna | 28.11.2010


Finalmente la profecía de las encuestas se ha cumplido totalmente. Las derechas se han hecho con la hegemonía en Catalunya. Se ha dado un importante índice de participación, superior a las pasadas elecciones autonómicas y es evidente que se ha producido con una movilización plena del electorado de derechas y una desmotivación y desorientación del tradicional electorado de izquierdas.


CiU ha conseguido una victoria histórica, es mayoritaria en todas las comarcas de Catalunya y con casi un millón doscientos mil votos, cuando el PSC se ha quedado en poco más de quinientos cincuenta mil.

También el PP sube sus votos y consigue la mejor representación parlamentaria en toda la historia del Parlament de Catalunya . Y no sólo eso, la Plataforma X Catalunya, partido xenófobo y claramente racista, se ha acercado al 3% mínimo para conseguir representación parlamentaria y ha aglutinado a más de 75.000 votos.

Por el contrario, el PSC ha conseguido su peor resultado desde la instauración de la autonomía en Catalunya. ERC por su parte sufre un varapalo impresionante y pierde más de la mitad de sus votos y pasa de 21 a 10 diputados. Por su parte ICV es la fuerza de izquierdas y del tripartito que sufre las menores perdidas, 2 diputados, y se sitúa como cuarta fuerza política de Catalunya por delante de ERC.

Finalmente Ciutadans se mantiene en sus posiciones y el populismo independentista y claramente de derechas de Solidaritat de Joan Laporta entra en el Parlament con 4 diputados. Estos dos grupos claramente antagónicos en la cuestión nacional tendrán que compartir grupo Mixto.

La nueva composición del Parlament tendrá una fuerza hegemónica, sin mayoría absoluta, 62 de 135 escaños y con siete grupos parlamentarios, uno más que en la pasada legislatura, lo cual también determina una fragmentación y gran pluralidad.

Se veía venir

El resultado se veía venir. CiU y Artur Mas han hecho una campaña “light” vendiendo la necesidad de un cambio frente al desgobierno y la negra situación que han pintado significaba el tripartito. Es decir una campaña de crítica constante que llevamos ya más de siete años oyendo en boca del dirigente de CiU, y claramente ampliada por medios de comunicación de gran influencia en Catalunya y lo que es peor amplificado por los propios medios públicos dependientes de la Generalitat. Mas ha hecho una campaña pública continua de sus críticas y ha ocultado su programa electoral, claramente ultraliberal y que significará, de aplicarse, una grave regresión para la cohesión social de Catalunya. Es evidente que CiU se ha hecho con los votos de una gran parte del electorado de clase media que votaba en otras ocasiones al PSC, sólo cabe contemplar los resultados electorales del Baix Llobregat.

El PP ha hecho de la campaña contra la inmigración y contra Zapatero su único lema y es evidente que también ha conseguido subir en zonas claramente obreras donde el peso de la emigración es alto y donde una parte de personas trabajadoras con miedo ante la crisis y que culpan fácilmente a la emigración de todas sus desgracias se han inclinado por el PP, cuando no lo han hecho por la Plataforma X Catalunya. Esta es una situación que desgraciadamente ya hemos visto en otros países, como Francia, donde electorado obrero de izquierdas sucumbe al mensaje simple y demagógico de quienes culpan al diferente de todos los problemas.

Falta de discurso político en la izquierda

Como ya he dicho en otros artículos los partidos del tripartito han pagado no su inacción de gobierno, porque es evidente y nadie puede negar avances en la modernización y cohesión social de Catalunya, sino la falta de discurso político que enfrentar a la crítica continuada de la derecha. Este ha sido su principal desajuste y en especial por parte del President de la Generalitat José Montilla. Jamás un President saliente ha tenido un resultado tan nefasto como Montilla. Es evidente que ha pagado parte de sus culpas de no saber trasmitir los objetivos del gobierno y de dar una plena autonomía a unos medios públicos de comunicación infestados hasta los tuétanos de convergentes. Pero es que Montilla ha tenido que hacer frente a su referente estatal, el PSOE, que desde el inicio de la legislatura se sabía que hubiera preferido a Artur Mas de President, y además a una parte de su propio partido que se encontraba incómoda con sus socios de coalición. Y como guinda, ha pagado el pato de la política antisocial de Zapatero, que ha llevado a la abstención a un sector significativo de sus votantes, especialmente trabajadores. Y las contradicciones de una campaña que parecía diseñada por su peor enemigo. ¿Cómo es posible que en campaña Montilla reniegue del tipo de gobierno que ha dirigido los cuatro últimos años? ¿Cómo es posible que Montilla, con Corbacho al lado, pida el voto para evitar recortes sociales? Además con sus tomas de posición Montilla renunciaba a toda posibilidad de volver a gobernar al renunciar a los aliados que hicieron posible su gobierno.

Por su parte ERC ha sucumbido a su incoherencia y a sus problemas internos, como la eliminación de Carod Rovira, que por mucho que alguno pueda sorprenderse es una de las personas que más ha evolucionado hacia el pragmatismo en este partido. Así como emprender en la última parte de la legislatura una deriva hacia un independentismo teórico que le ha privado de votos por todas partes hasta reducirlo a su dimensión de quinta fuerza política.

ICV ha sido el partido del tripartito que ha resistido mejor el embate de la derecha, y ello sólo puede ser debido a la coherencia de su política, ha mantenido en todo el momento su discurso y por tanto a sus electores les ha sido fácil continuar identificándose: unidad en la defensa contra los recortes del Estatut y posición clara contra una salida regresiva de la crisis.

… y ahora

Esta es la situación de las elecciones. Ahora se inicia el proceso de sus consecuencias. Artur Mas en su primer discurso pide la unidad de todos para hacer frente a la situación actual, tanto de crisis económica como de los problemas del autogobierno. La única respuesta clara ha sido la de ICV que ha dicho estar dispuesta a un gran acuerdo nacional para hacer frente a los recortes del Constitucional y como solventarlos, pero a la imposibilidad de acuerdo y por tanto beligerancia ante planteamientos de salida de la crisis que se carguen sobre los más débiles. Parece que estos dos partidos CiU e ICV tienen claramente definidas sus posiciones y propuestas estratégicas.

El PSC es quien se encuentra en el peor callejón. Veremos que pasa con Montilla. De momento ya ha anunciado que no piensa repetir como primer secretario del PSC. Y el PSC deberá despejar una contradicción, quiere continuar siendo una alternativa al Gobierno de Catalunya con las alianzas políticas que ello comporta en el futuro, o se va a limitar a renunciar al gobierno de Catalunya en el futuro y se centrará en la lucha por las municipales y acarrear votos para las legislativas al Gobierno del Estado. En todo caso se prevén aires de fronda en el PSC.

ERC es una incógnita, ¿serán capaces de hacer una autocrítica interna?, ¿volverán a surgir las tendencias internas que cuestionen al actual grupo dirigente?, ¿qué piensa hacer Carod que dijo que no hablaría hasta después de las elecciones? ERC se encuentra en una situación difícil debido a su incoherencia. En las últimas semanas ha pasado de ser parte de un gobierno de izquierdas y catalanista a suplicar un acuerdo con CiU. La pregunta es ¿Que quiere ser ERC cuando sea mayor? Y todo ello a pesar de tener una persona de “seny” y racional como Ridao de secretario general.

Para el PP la política está clara también, rondar a CiU de momento, como mínimo en todo lo que comporte apoyar políticas liberales en los campos económicos y sociales. Y plantearse el resultado como el primer paso para apoyar el triunfo futuro de Rajoy. Los resultados de estas elecciones al Parlament han arrojado la mínima diferencia entre el PSC y el PPC en toda la etapa autonómica. Y eso es importante para el futuro del gobierno del Estado. No olvidemos que la aportación de votos y diputados del PSC (25 en la actual legislatura) y el reducido papel del PP en Catalunya han sido importantes a la hora de los triunfos electorales del PSOE en España.

Y a todo ello cabe añadir el incremento de grupos demagógicos en el Parlament. Si ya teníamos a Ciutadans y su cruzada perpetua sobre los supuestos peligros y discriminación que sufre el castellano en Catalunya, ahora sumamos la demagogia independista de Laporta que quiere la independencia para esta legislatura. Y lo más grave, deberá analizarse como evolucionarán los seguidores del Le Pen catalán, Plataforma X Catalunya, que pueden salir muy reforzados en las próximas municipales.

Y por último, una vez más parece claro que los corruptos no pagan. El caso “Palau i Millet” no ha afectado en nada a CiU. Es para recapacitar sobre qué sociedad estamos creando si de ciudadanos o de clientes o compradores.

21 de nov. 2010

Elecciones en Catalunya: la negra nube de las derechas avanza inexorable

NUEVATRIBUNA.ES - 21.11.2010

El programa de CiU es claro. Se reduce a los postulados típicos de la derecha más rancia. Y, en aspectos como los económicos y sociales, incluso se puede situar en la misma línea antisocial que el programa del PP. Básicamente, consiste en defender menos impuestos y facilitar los servicios básicos en base a las posibilidades de cada cual.

Cuando falta menos de una semana para la celebración de las elecciones catalanas, parece ya inexorable que las derechas se impongan en Catalunya. Todo indica que la negra noche de la reacción va a controlar de nuevo la nación catalana y que nuevamente las políticas sociales van a sufrir una fuerte regresión.

El ambiente de la campaña electoral contribuye a confirmar la sensación de hegemonía de unas derechas exultantes, y el desconcierto y el desánimo instalado en la mayoría de las fuerzas políticas del tripartito gobernante.

Las derechas han hecho una campaña diferenciada de acuerdo con sus objetivos. La campaña del PP, claramente escorada hacia la derecha más ultra, se ha centrado casi en exclusiva en plantear de forma demagógica el peligro de la inmigración, de cualquier tipo de inmigración. Ha estado claramente dirigida hacia los más bajos instintos de sectores que viven en barrios con fuerte aglomeración de población inmigrante, lo que puede provocarles sentimientos de rechazo. Esta campaña, que puede dar sus frutos a corto plazo recogiendo un puñado de votos, conllevará a medio plazo el germen de sentimientos racistas y xenófobos que pueden provocar fracturas difíciles de curar dentro de la sociedad catalana. Lo que se evitó en los tiempos de la emigración interior, cuando la hegemonía del PSUC consiguió una importante cohesión social en Catalunya basada en el concepto de ciudadanía y resumida en el lema de que “es catalán quien vive y trabaja en Catalunya”, puede ahora, aprovechando la situación de crisis económica, verse en peligro con actuaciones populistas y demagógicas como las utilizadas en esta campaña por el PP que son dignas de ser suscritas por los grupúsculos racistas. El PP ha hecho en Catalunya un flaco favor a la cohesión social por el estrecho objetivo de conseguir unos cuantos votos que en nada van a cambiar su papel claramente marginal en Catalunya.

CiU parece que va a ser la fuerza más votada y todo se reduce a saber por cuánto va a obtener su victoria electoral y si va a conseguir o no la mayoría absoluta. Es evidente que el triunfo de CiU va a significar un claro retroceso de la sociedad catalana. Significa el triunfo de los que más tienen, de los poderosos, de los que reniegan de un estado del bienestar amplio. El programa de CiU es claro, a pesar de que ha sido poco aireado por ellos mismos y lamentablemente también por sus adversarios. Se reduce a los postulados típicos de la derecha más rancia. Y, en aspectos como los económicos y sociales, incluso se puede situar en la misma línea antisocial que el programa del PP. Básicamente, consiste en defender menos impuestos y facilitar los servicios básicos en base a las posibilidades de cada cual, eso si garantizando unas bases mínimas muy reducidas. CiU plantea eliminar el impuesto de sucesiones, que actualmente afecta únicamente a aquellos que reciban más de 2 millones de euros. También quiere suprimir el suave incremento del impuesto sobre la renta, realizado por el tripartito, a aquellos cuyas rentas superen los 120.000 euros anuales. Asimismo, propone establecer desgravaciones de impuestos para los que paguen mutuas privadas. En el ámbito de la educación, se potencian las escuelas concertadas y se mantienen los privilegios de las escuelas religiosas. Es decir, lo que pretende es la reducción de la inversión, especialmente en materias como sanidad y educación públicas sobre las que planea la sombra de la privatización de la gestión. Paralelamente, su objetivo es potenciar los sistemas privados de salud, educación, dependencia etc. En cuanto a objetivos de consecución nacional, CiU oculta su supuesto nacionalismo y todo parece indicar que volverá a su política de “peix al cove” ( pez al cesto) propio de la política pujolista, es decir, al mercadeo de votos con el gobierno estatal de turno a cambio de partidas económicas concretas. Vamos a ver progresar de forma más rápida una cultura política social y cultural más provinciana y basada en potenciar el victimismo permanente.

En definitiva, CiU parece decidida a volver con la intención de que la época de gobierno tripartito quede en el recuerdo como un accidente histórico en una Catalunya que, a su juicio, les pertenece por derecho propio a ellos, a los “verdaderos catalanes”. Y todos debemos lamentar que una vez más la corrupción no pase factura a los políticos y que casos como el del Palau que ha puesto en evidencia la financiación irregular de Convergencia no pese en la decisión final de los votantes.

Es evidente que el triunfo de la derecha, que puede ser muy importante, no puede entenderse sin los errores y la actual actitud de desconcierto y resignación de la mayoría de los partidos de la izquierda. A pesar de esos errores, los gobiernos tripartitos tienen un balance social muy positivo que ha situado a Catalunya en un nivel de bienestar social cualitativamente superior al que heredaron de los gobiernos de Pujol. En materias como educación (escuelas, guarderías y profesorado público), sanidad, vivienda pública, seguridad vial, etc., el nivel actual es de una gran calidad y muy superior al de otras autonomías. Pero al gabinete de Montilla le ha faltado relato político y ha tenido que hacer frente a un constante ataque por parte de poderes económicos y mediáticos, especialmente de La Vanguardia y la propia televisión y radio autonómicas. El gobierno tripartito dotó a estos medios de plena autonomía sin tener en cuenta que eran organismos creados por el pujolismo y trufados con esa ideología.

El PSC parece totalmente entregado a la derrota, deseada incluso por el propio PSOE que en su momento ya lamentó la reedición del tripartito y ahora no ha podido ocultar -y así lo ha manifestado- su satisfacción ante la renuncia de Montilla a plantearse otro pacto en el futuro con sus actuales socios. Montilla, hasta ahora presidente de la Generalitat, parece renegar del gobierno que ha dirigido aunque ello comporte y signifique abdicar de cualquier posibilidad de volver a gobernar. Parece como si finalmente el PSC se hubiera plegado a los deseos del PSOE, es decir, a aceptar ser un partido que nunca aspire a gobernar en Catalunya y se limite a participar en las elecciones municipales y generales con el único fin de conseguir votos para la gobernación de España. Asimismo, es evidente que el PSC pagará a través de su electorado la desafección que han provocado las políticas económicas del Gobierno de Zapatero.

Por su parte, ERC rendirá cuentas de la frivolidad de su política, de sus virajes y de sus luchas internas. Da la impresión de que cada vez que un dirigente de ese partido adquiere una cierta madurez política, se le defenestra de forma inmediata. Puede que el único elemento positivo, desde un punto de vista estratégico para el conjunto de la izquierda catalana, pueda ser que el batacazo electoral provoque en ERC una reflexión en profundidad, opción que es harto dudosa.

En cuanto a ICV, todo parece indicar que es la fuerza del tripartito que mejor puede aguantar el chaparrón electoral, sin duda debido a que se ha presentado ante sus electores con coherencia en lo que respecta a su actuación pasada, sin resignarse ante el crecimiento de la derecha y defendiendo claramente postulados de izquierda basados en la defensa del estado del bienestar, del reparto de las cargas fiscales y del autogobierno de Catalunya establecido en el nuevo Estatut.

Es evidente que la caída de la noche de las derechas en Catalunya no es sólo un problema catalán. Tiene un efecto claro sobre el futuro de la política española. Esta derecha catalana, la CiU de Mas, no es la de Pujol. Y la derrota electoral de los socialistas no tiene sólo una lectura catalana sino que es la antesala de lo que puede suceder en las elecciones estatales del 2012. Catalunya posiblemente dejará de ser un granero de votos para el PSOE, y eso significa un paso más para que la negra noche de las derechas se extienda a toda España.

16 de nov. 2010

Campaña electoral catalana: Yo opto por Joan Herrera

NUEVATRIBUNA.ES - 16.11.2010

Yo opto por Joan Herrera e ICV porque su programa establece la prioridad de la lucha contra la crisis desde una posición clara y genuinamente de izquierdas, contra las políticas de renuncia del PSOE basada en el recorte de derechos y de cargar el peso de la crisis de forma unilateral sobre los trabajadores y las capas populares (sólo les ha faltado traer a Corbacho para acabar de desmoralizar a los propios afiliados del PSC).

Catalunya está en plena campaña electoral para elegir el próximo Parlament de Catalunya el domingo 28 de noviembre. Es una campaña muy especial porque parece que ya hay una serie de hipótesis que todo el mundo da por sentadas.

En primer lugar, la campaña está dominada por un sentimiento de apatía y lejanía de los electores, hasta el punto de que se discute si la participación llegará al 50%. Por otro lado, una gran parte de los propios contendientes parte del convencimiento de que se producirá un seguro triunfo electoral de Convergencia y Unió.

Ante esta situación, es preciso aclarar de forma anticipada que soy de la gente que declara públicamente que opto y hago campaña por Joan Herrera e Iniciativa per Catalunya Verds. Y básicamente porque es una opción que, al contrario que otras, no acepta la resignación.

Joan Herrera y su formación política son los únicos que no reniegan del pasado de los dos gobiernos tripartitos. Fundamentalmente porque es la única posibilidad de presente y futuro para un gobierno de izquierdas y progresista para Catalunya. Y esta no es la actitud de ERC que hoy, bajo una dirección suicida, se encierra en un planteamiento abstracto con la independencia como única bandera y se olvida de la opción por un gobierno de izquierdas que hizo hace siete años. Ni tampoco es la actitud de José Montilla y del PSC que, al renunciar públicamente a reeditar el tripartito, renuncian al legado de sus años de presidencia de la Generalitat y a la posibilidad de gobernar de nuevo. Con esas actitudes, las de Montilla y Puigcercós, a Más se las ponen - como se dice en Catalunya- como a Felipe V, es decir, en bandeja.

Yo opto por Joan Herrera e ICV porque significa una opción que no se resigna al gobierno de la derecha, una opción que reivindica la gestión de la izquierda en Catalunya en estos últimos años, que pese a todo y a la falta de un discurso político que explicara su actuación, ha comportado en realidad una actualización y modernización muy superior a la de los años de gobierno de Pujol.

Yo opto por Joan Herrera e ICV porque su programa establece la prioridad de la lucha contra la crisis desde una posición clara y genuinamente de izquierdas, contra las políticas de renuncia del PSOE basadas en el recorte de derechos y en cargar el peso de la crisis de forma unilateral sobre los trabajadores y las capas populares (sólo les ha faltado traer a Corbacho para acabar de desmoralizar a los propios afiliados del PSC). Porque ICV reitera la necesidad de un cambio imprescindible de la política fiscal: no sólo que grave a los que más tienen y a los beneficios especulativos, sino que potencie la lucha contra el fraude fiscal. Porque es una opción política coherente que en el Parlamento y en la calle ha estado siempre al lado de los sindicatos y la clase trabajadora.

Yo opto por Joan Herrera e ICV porque ponen por delante el conflicto social, sin renunciar a la defensa de los derechos nacionales de Catalunya y a la esperanza que represento el nuevo Estatut mutilado por el Tribunal Constitucional. Y porque su modelo es claramente el de una España federal y plurinacional como mejor marco de convivencia para todos.

Joan Herrera e ICV tienen una opción claramente definida a favor de los derechos sociales y la laicidad de la sociedad. Laicidad de verdad, no como las vergonzantes posiciones del PSOE y del PSC que se inclinan ante el peso de la Iglesia. Este pasado domingo, Zapatero se hacía el progre en la campaña diciendo que él no se inclinaba como el PP y CiU ante la Iglesia. Eso sí, no explicó por qué ha retirado la Ley de Libertad Religiosa ni mencionó que el suyo ha sido el gobierno que más ha subvencionado a la Iglesia (en este sentido, y pese a no ser santo de mi devoción, reconozco el magnifico artículo de Fernando Savater en el país sobre el tema).

Yo opto por Joan Herrera e ICV porque es la formación que une las raíces de un hilo rojo, que proviene del magnífico proyecto de integración social que significó el PSUC de la transición y que conocí a finales de los 60, con un nuevo hilo verde de un ecologismo necesario para hacer frente al desarrollismo, que no desarrollo, hegemónico hoy en día y que está enterrando las posibilidades de la sostenibilidad del planeta.

Joan Herrera e ICV significan una izquierda cierta, de verdad, que no se envuelve en banderas sino que defiende la ciudadanía y sus derechos a cara descubierta. Es la única fuerza política que da la cara por la inmigración frente a los ataques más o menos virulentos de todas las derechas, desde las ultramontanas hasta la xenofobia táctica que el PP ha hecho entrar en esta campaña y el fariseísmo de CiU (sólo hay que escuchar a Duran Lleida quejándose de que Catalunya va a perder su identidad porque la mayoría de los nuevos catalanes que nacen son hijos de inmigrantes), y la falta de respuesta de las otras opciones.

Yo opto por ICV porque es una opción política que mantiene un compromiso de solidaridad internacional en temas como el del Sahara, frente a las vergonzosas actitudes del Gobierno Zapatero y las de aquellos que anteponen los intereses a la defensa de los derechos humanos.

Yo opto por Herrera e ICV porque es una opción, como antes fue el viejo PSUC, que tiene las manos limpias y a la que no se le conocen corruptelas que afectan a otros. Porque es un partido que no engaña a nadie sobre lo que es, y por eso los medios de la derecha catalana y su portavoz “La Vanguardia”, la del inefable Conde de Godo, ha hecho de ICV y de Joan Saura el centro de su crítica constante y encarnizada durante los últimos cuatro años, expresando el deseo de los intereses de los poderosos en Catalunya de echar como fuese a ICV del Gobierno de la Generalitat.

Y opto entre otras muchas cosas por ICV, porque es la opción que en Catalunya nos ha reconciliado a muchos de los perdedores con nuestra Memoria Histórica con mayúsculas. Una memoria histórica que es la del pueblo catalán que como el resto de los pueblos del estado fue oprimido por una dictadura sangrienta y que hoy reivindica a los que lucharon por la legitimidad republicana en la guerra civil y en la lucha clandestina contra la dictadura.

Y finalmente opto por Joan Herrera e ICV porque son los únicos que aún no han arrojado la toalla y que están dando la batalla política por una victoria de la izquierda, pese a la rendición del resto de sus hasta ahora compañeros de gobierno. Y la batalla electoral no está perdida hasta el 28. A lo mejor es por esto que las encuestas señalan que ICV es el partido del tripartito que mejor saldrá de las elecciones. A lo mejor es porque las enfoca a la ofensiva y no en retirada como otros.

20 d’oct. 2010

Algunas consideraciones ante el cambio de Gobierno

NUEVATRIBUNA.ES - 20.10.2010

Hay que destacar el nuevo papel de Rubalcaba y la entrada de Jáuregui. Creo que estos dos nombramientos tienen una significación trascendente, especialmente si los relacionamos con el acuerdo de legislatura con el PNV y con las razones profundas del acuerdo. Es evidente que algo se mueve en el mundo abertzale. Y es evidente que un logro excepcional, como podría ser el fin de la violencia en Euskadi, sería una baza electoral de primera magnitud.

Bien, parece que Zapatero ha logrado sorprender al personal que no esperaba un tan profundo cambio de gobierno. Donde se esperaba tan sólo la sustitución del Ministro de Trabajo se lleva a término una profunda y política reforma del gabinete.

Ante ello podríamos establecer algunas consideraciones. Es evidente que el Gobierno estaba “quemado”. Quemado a nivel general, como demostraban las encuestas. Quemado entre su electorado. Quemado en el campo de la izquierda.

La reciente Huelga General exitosa, pese a lo que digan determinados medios, la inquietud entre la afiliación socialista, expresada en privado pero también en público por alguno de los barones socialistas ante la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas, y en último término legislativas del 2012, parecen haber llevado finalmente a Zapatero a realizar una remodelación profunda.

En primer lugar, cabe decir que trata de hacer un guiño al electorado socialista y a la izquierda. Es evidente que este sentido parecen tener las incorporaciones de Valeriano Gómez y Rosa Aguilar. Los dos nombramientos tratan de hacer frente a las críticas de la gente de izquierdas. Con Valeriano Gómez, hombre que conoce lo que es el diálogo social de forma profunda, parece intentar hacer un guiño a los sindicatos que se deberá concretar con cambios en las políticas socio-económicas y laborales que de alguna forma giren hacia la “rectificación” que los sindicatos demandan. En cuanto a Rosa Aguilar, es indudable que es una imagen de izquierda a la que además se la sitúa en un ministerio relacionado con la ecología y el medio ambiente, intentando así evitar fugas de electores progresistas.

En segundo lugar, Zapatero premia a sus fieles. Es el caso de Trinidad Jiménez, a la que parece agradecer su sacrificio en las primarias de Madrid, y el de Leire Pajín, a la que premia con un ministerio, a la vez que abre el camino a una persona como Marcelino Iglesias que puede dar una imagen menos crispada del partido que la Pajín.

En tercer lugar -y el más importante y estratégico-, hay que destacar el nuevo papel de Rubalcaba y la entrada de Jáuregui. Creo que estos dos nombramientos tienen una significación trascendente, especialmente si los relacionamos con el acuerdo de legislatura con el PNV y con las razones profundas del acuerdo. Es evidente que algo se mueve en el mundo abertzale. Y es evidente que un logro excepcional, como podría ser el fin de la violencia en Euskadi, sería una baza electoral de primera magnitud. Creo que en este sentido deben verse estos nombramientos y la razón última del cambio de gobierno. Rubalcaba debe ser el hombre clave en el camino hacia conseguir el fin de la violencia y Ramón Jáuregui, perfecto conocedor de la política vasca, es además el hombre indicado para llevar el diálogo necesario con el principal aliado del Gobierno en estos momentos -e imprescindible en el proceso para acabar con la banda terrorista-, el PNV de Urkullu.

Nos encontramos ante un tema de gran trascendencia política y del que hay claros indicios que nos pueden llevar a contemplarlo con visos de realidad y a tenerlo muy en cuenta. Comenzó con unas declaraciones, posible globo sonda, de Eguiguren, presidente del PSE, -puede que el mejor conocedor del mundo y de la situación interna de la izquierda abertzale- y de la propia ETA. Posteriormente, hemos visto claros movimientos de este mundo que se reflejan de forma clara en la entrevista en El País a Arnaldo Otegui. Más adelante, el pacto, que no es sólo de Presupuestos sino de legislatura con el PNV, con un profundo contenido político (el propio responsable de presupuestos del PNV califica los presupuestos de poco adecuados), que sólo adquiere toda su importancia si se sitúa en una legislatura que debe contener avances específicos e importantes en la situación en Euskadi. Y, ¿cuál puede ser más importante que el final de la violencia capitalizado por el Partido Socialista de la mano del PNV?

Y por último, estos cambios, debidos a las consideraciones que he expuesto, también contienen la presentación de, dado el caso, el posible sucesor de Zapatero como candidato a la Presidencia del Gobierno en la persona de Rubalcaba.

En definitiva, al optar por un Gobierno más fuerte, con fortaleza política dado el nivel de sus componentes, Zapatero parece decidido a dar la batalla del último tramo de la legislatura con un objetivo trascendente como es el fin de ETA, a la vez que hace señales de cambio en las políticas sociales y medioambientales a los votantes de izquierda. Si lo consigue, cosa que debe concretarse en actuaciones en todos los ámbitos, no cabe duda que situaría de nuevo al PSOE en el partido.

14 d’oct. 2010

Catalunya: aires de retorno al pasado

NUEVATRIBUNA.ES - 14.10.2010

El escenario se presenta duro y oscuro para la izquierda, y no sólo la catalana. Porque la CiU de Mas y Duran, no es la misma de Pujol, ni tienen su nivel político ni tienen una política de derecha disfrazada de centro catalanista. La de ahora es una CiU que es y se presenta como derecha pura y la opción más ligada a los intereses de las patronales y de los medios financieros y mediáticos

El próximo 28 de octubre se celebrarán las elecciones al Parlament de Catalunya, que determinarán la composición del nuevo Govern de la Generalitat. En estas elecciones todo hace prever un triunfo de CiU por mayoría, la duda está en conocer si será una mayoría absoluta, cosa que no parece probable, pero sí de una mayoría cómoda para gobernar.

Es decir que, después de dos legislaturas de gobiernos del tripartito de izquierdas, volvemos al pasado de los 23 años de gobierno de CiU. ¿Tan mal lo ha hecho el tripartito catalán?

Creo que la cuestión es mucho más compleja. Creo que los gobiernos tripartitos en Catalunya han contenido varios elementos positivos que no se pueden ni deben olvidar. En primer lugar significaron una alternancia a una Generalitat de CiU, que desde la transición creó un poder a su medida en el gobierno autonómico y en todas las instituciones dependientes de él, desde la nueva policía autonómica, hasta la radio y televisión públicas de Catalunya. Esta alternancia fue sin duda un elemento sano y positivo para la vida política catalana. En segundo lugar dio pie a una experiencia nueva, la de un gobierno de coalición entre tres fuerzas políticas situadas a la izquierda, con concepciones diversas, que sin embargo no les impiden ponerse de acuerdo para gobernar. Y finalmente, las realizaciones de los Gobiernos tripartitos que han situado a Catalunya mucho más allá de donde se encontraba cuando la dejó CiU. Y hemos de referirnos a dos aspectos diferentes. Por un lado el establecimiento de un nuevo Estatuto de Autonomía que establece, pese a todos los recortes, un marco legal para el autogobierno que no buscaron ni consiguieron los gobiernos convergentes, ya que estaban más interesados en potenciar el victimismo perpetuo y utilizarlo en la negociación de los acuerdos puntuales con el gobierno de turno a nivel del estado.

El tripartito ha cometido un grave error en su gestión que va más allá de las discrepancias entre los socios. Ha hecho más de lo que ha sabido explicar. Puede que la propia idiosincrasia del actual President Montilla sea una de las claves. Las realizaciones efectuadas por el tripartito, en los diversos ámbitos del gobierno, se han publicitado de una en una, sin darle un discurso de conjunto, un discurso político que explicara el esfuerzo de modernización, de actuación social y de democratización que se ha realizado. Tres ejemplos son ilustrativos: a) Un nuevo modelo de financiación de la autonomía que mejora de forma considerable el anterior de CiU; b) el tripartito se encontró con un incremento de población escolar, con la que el anterior gobierno no contaba, fruto en gran parte del crecimiento demográfico derivado de la llegada masiva de inmigrantes, ello ha comportado la construcción de centenares de nuevas escuelas y la creación de miles de puestos de trabajo en el ámbito docente; c) un intento serio de democratización de la policía autonómica, mediante la instalación de cámaras de video-vigilancia en todas las comisarías que ha desterrado tanto cualquier sombra de prácticas de tortura como de falsas denuncias a los agentes, lo que ha significado un intento serio de unir seguridad y principios democráticos.

Sin embargo el tripartito ha tenido que hacer frente a diversos adversarios poderosos frente a su gestión. En primer lugar los grandes poderes fácticos económicos y mediáticos de Catalunya, partidarios de una esperemos, que imposible socio-vergencia, es decir de un gobierno de CiU i PSC, un claro ejemplo es la posición del portavoz de esos poderes, “La Vanguardia” que ha sido un acosador permanente del Govern y en especial de sus socios menores. Una gran campaña en contra del gobierno en el ámbito del estado por parte tanto del PP como de sectores mediáticos y políticos supuestamente progresistas, especialmente durante la tramitación del Estatut. Una relación como mínimo distante con el Presidente Zapatero y su entorno, que como es de todos conocido, hubiera preferido un Gobierno de Artur Mas y CiU.

Todo eso al margen de las discrepancias internas y de algún error importante como ha sido la gestión de los medios de comunicación públicos de la radio y televisión autonómicas. Las discrepancias internas han sido provocadas en gran parte por el hecho de que sectores del propio Govern, han contravenido los acuerdos y llevado a término leyes más propias de centro o de derecha, como la de Educación, que ha comportado serias diferencias entre los socios y con los sectores sociales más progresistas. En el caso de los medios de comunicación públicos el Govern del tripartito ha sido en todo caso ingenuo. Ha creado una Ley de dichos medios que claramente los desliga del control del gobierno, es decir ha dotado de autonomía real a una radio y una televisión que durante 23 años fueron el altavoz de Convergencia. Es decir ha dotado de autonomía a unos medios infestados de pensamiento convergente, lo que en la práctica ha llevado a que en muchos casos haya sido más una televisión claramente contraria al Govern o como mínimo a alguno de sus componentes.

A todo eso debemos añadir, el hartazgo de la sociedad catalana hacia la forma de hacer, o no hacer política, la crisis económica y especialmente las repercusiones de las políticas de Zapatero, y todo el problema y la frustración derivados del largo periodo la tramitación del Estatut en el Constitucional y el correspondiente desapego de la sociedad catalana hacia el estado, pero también hacia la política.

Es evidente que toda esa serie de circunstancias favorecen claramente a la derecha, en especial a CiU, pero también al PP. La gran movilización de rechazo al Estatut, a pesar de dar la imagen de ser hegemonizada por el independentismo, en realidad ha sido capitalizada por CiU, que pese a que juegue a nacionalista no ha sido ni es independentista. La izquierda está en gran parte desorientada y desmotivada. Eso explica que las encuestas establezcan unas previsiones de que solo un 50% acudirá a votar. Y el principal perjudicado será el PSC, ya que ni sus propios afiliados parecen decididos a votar, y a quien también perjudica la actual política económica de Zapatero, no en vano aglutinan a amplios sectores de trabajadores asalariados. ERC también resulta perjudicada, ya que el supuesto auge del independentismo y el hecho de haber optado en dos ocasiones por gobiernos de izquierda, ha hecho huir de este partido a sus sectores más a la derecha que presentan otras opciones como Laporta, al margen de los votantes que vuelven a Convergencia. ICV es en principio la fuerza menor del tripartito y la que parece tener a su afiliación y votantes más consolidados y fieles, también es cierto que es la única que ha mantenido un claro perfil de izquierda y la más atacada por los medios de comunicación de la derecha catalana, lo que la refuerza ante muchos de sus votantes. En cuanto al PP centrando su política en la inmigración, ahora precisamente que ya no vienen inmigrantes, intenta hacerse con la cuota que le podían disputar sectores xenófobos como la Plataforma per Catalunya, y a la vez hace bandera de un falso conflicto lingüístico para atraerse a sus sectores más recalcitrantes que han votado a Ciutadans/ Partido de la Ciudadanía.

En todo caso este escenario se presenta duro y oscuro para la izquierda, y no sólo la catalana. Porque la CiU de Mas y Duran, no es la misma de Pujol, ni tienen su nivel político ni tienen una política de derecha disfrazada de centro catalanista. La de ahora es una CiU que es y se presenta como derecha pura y la opción más ligada a los intereses de las patronales y de los medios financieros y mediáticos. Por tanto Zapatero se va a encontrar, posiblemente, me gustaría equivocarme, con un premio deseado por él, pero que es un premio envenenado, ya que CiU no va a dudar, en su momento, aún más de como ya lo hizo en el pasado, en entronizar al PP en España.

Es duro de comprobar qué lejos queda aquella Catalunya que fue ejemplo de modernidad política y cultural en los años de la transición, que tanta comprensión recibía de otras partes del estado y que tanta solidaridad daba a los otros pueblos de España, que era punto de referencia para todos los progresistas. Esa Catalunya ha evolucionado en democracia, en especial por los años de hegemonía del pujolismo, hacia una situación de declive político y cultural que presenta aspectos de provincianismo.