nuevatribuna.es | 26 Abril 2011
Después de que el Gobierno Zapatero, con la anuencia del PP, CiU y otros, excepto la exigua izquierda parlamentaria, decidiera, con el aplauso del Banco de España y de la banca privada, pusiera en marcha el proceso de liquidación de las Cajas de Ahorros, nada podía ser como antes para este sector.
Las Cajas han cometido serios errores en los últimos tiempos, al igual que la banca privada, especialmente, y llevados por el espejo de la burbuja inmobiliaria, un excesivo endeudamiento y una laxitud a la hora de conceder créditos hipotecarios. Y no nos referimos exclusivamente a los particulares, sino muy especialmente a los promotores sin suficientes garantías.
Está claro que sus gestores han cometido serios errores, pese a ello nadie ha pagado por su responsabilidad en el deterioro de las entidades. Como tampoco lo han hecho los gobiernos, que con sus políticas, contribuyeron a alimentar la burbuja. Ni tampoco han pagado su responsabilidad los responsables del Banco de España encargado de la regulación, control y supervisión del sector, y que no tomó ninguna medida ni ante el sobreendeudamiento externo de las entidades, ni ante la laxitud en la concesión del crédito
En fin, hemos llegado a una situación en que se procede a la liquidación semicontrolada del sector, sin que se haya exigido responsabilidades a nadie. Todo un ejemplo de cómo se hacen las cosas en nuestro país.
A partir de esta situación, donde nada va a ser como antes, es evidente que las cajas deben intentar configurar una salida, si es que es posible.
Este jueves, previsiblemente, “la Caixa” aprobará su proceso de reconversión. Su Asamblea General aprobará que su actividad se efectúe de forma indirecta a través de un banco. Para ello constituye una entidad Caixabank que sustituye a su actual holding Criteria y que mantendrá su cotización en bolsa.” la Caixa”, como caja de ahorros, tiene pues un holding bancario que incluye el banco que efectuará de forma indirecta su actividad financiera, y que popularmente continuará siendo “la Caixa” como nombre comercial, y donde incluye también todas sus participaciones bancarias y financieras, además de sus participaciones en REPSOL y Telefónica, lo que le garantiza de entrada que la sociedad Caixabank tenga unos dividendos aceptables. Asimismo “la Caixa” mantiene un “holding” con el resto de participaciones industriales y la Fundación responsable de la Obra Social.
Fruto del acuerdo del Presidente Isidre Fainé con el sindicato Comisiones Obreras, mayoritario en “la Caixa”, con participación en el Consejo y con una importante influencia en la entidad se han acordado una serie de condiciones en el proceso que permite decir, que dentro de lo “malo” de la actual situación, “la Caixa” va a ser de las que mantengan más su relación con su situación precedente. En los acuerdos, que han ratificado en el Consejo de Administración y que el jueves se plantearán en la Asamblea General se establece entre otras cosas: a) la preeminencia de “la Caixa” en todos los órganos dependientes. En este primer momento el 80% sobre el Caixabank, el resto lo componen los actuales accionistas de Criteria, la mayoría pequeños impositores de “la Caixa”; b) para bajar del 70% o del 60% de participación “la Caixa” deberá aprobarlo en Asamblea General; c) los representantes de “la Caixa” serán mayoría en los futuros órganos de gobierno del Caixabank, y estarán representados todos los sectores que conforman los órganos de gobierno de “la Caixa” (entidades fundadoras, corporaciones públicas, impositores y representantes de los trabajadores); d) se establecerá un protocolo de actuación del Caixabank (similar al existente actualmente con Criteria) por el cual las decisiones estratégicas de la entidad bancaria deberán ser previamente aprobadas en los Órganos de Gobierno de “la Caixa”; e) se ha establecido un acuerdo laboral por el que el personal presente y futuro del Caixabank tendrá las mismas condiciones laborales que los trabajadores actualmente existentes en “la Caixa”, así como su vinculación al Convenio de Cajas de Ahorros.
Es decir, fruto del acuerdo entre la Presidencia de “la Caixa” y CCOO, se mantiene la existencia y la preeminencia de la caja sobre la entidad que efectúa de forma indirecta la función financiera, su control del holding industrial y sus dividendos, y su función social.
Es evidente que es la menos mala de las soluciones. Que a pesar de todo no se puede negar que es peor que la situación de partida, ya que en la entidad financiera ya hay un 20% de capital privado y lo que esto comporta de merma de beneficios para la función social, pero es evidente que era imposible ir contra lo legislado. Podemos decir que como mínimo se salva la esencia de la caja de ahorros, de momento, porque la legislación ha comportado ya un inicio de privatización. Pero de momento está controlado en lo posible y es evidente que será sin duda la única caja de ahorros que como tal persista en Catalunya, donde de 11 cajas de ahorros se habrá pasado en un año a una sola, ya que Caixa de Penedés y Caixa Laietana ya están fuera del control de la Generalitat, y que CatalunyaCaixa y Unnim van a seguir el mismo camino, bien por la vía de la nacionalización, bien por su integración en alguna alianza.
También parece claro que junto a “la Caixa” pueden haber unas pocas más que puedan salvar su origen y función como cajas y su control sobre los bancos que efectúen su función financiera indirecta. Posiblemente lo conseguirán las cajas vascas, Unicaja e IberCaja y veremos si alguna más, incluyendo casos como Bankia (Caja Madrid y otras) y similares que difícilmente podrán reproducir el esquema establecido en “la Caixa”.
Y es que en el caso de la Caixa han coincidido dos factores, a) su fortaleza, que le ha permitido sacar del nuevo banco los activos hipotecarios negativos, lo que le otorga una importante solvencia de cara a los mercados, y b) una voluntad tanto por parte del máximo responsable de la Caixa como del sindicato con más representación e influencia en la plantilla, de mantener al máximo el origen fundacional.
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