NUEVATRIBUNA.ES - 16.11.2010
Yo opto por Joan Herrera e ICV porque su programa establece la prioridad de la lucha contra la crisis desde una posición clara y genuinamente de izquierdas, contra las políticas de renuncia del PSOE basada en el recorte de derechos y de cargar el peso de la crisis de forma unilateral sobre los trabajadores y las capas populares (sólo les ha faltado traer a Corbacho para acabar de desmoralizar a los propios afiliados del PSC).
Catalunya está en plena campaña electoral para elegir el próximo Parlament de Catalunya el domingo 28 de noviembre. Es una campaña muy especial porque parece que ya hay una serie de hipótesis que todo el mundo da por sentadas.
En primer lugar, la campaña está dominada por un sentimiento de apatía y lejanía de los electores, hasta el punto de que se discute si la participación llegará al 50%. Por otro lado, una gran parte de los propios contendientes parte del convencimiento de que se producirá un seguro triunfo electoral de Convergencia y Unió.
Ante esta situación, es preciso aclarar de forma anticipada que soy de la gente que declara públicamente que opto y hago campaña por Joan Herrera e Iniciativa per Catalunya Verds. Y básicamente porque es una opción que, al contrario que otras, no acepta la resignación.
Joan Herrera y su formación política son los únicos que no reniegan del pasado de los dos gobiernos tripartitos. Fundamentalmente porque es la única posibilidad de presente y futuro para un gobierno de izquierdas y progresista para Catalunya. Y esta no es la actitud de ERC que hoy, bajo una dirección suicida, se encierra en un planteamiento abstracto con la independencia como única bandera y se olvida de la opción por un gobierno de izquierdas que hizo hace siete años. Ni tampoco es la actitud de José Montilla y del PSC que, al renunciar públicamente a reeditar el tripartito, renuncian al legado de sus años de presidencia de la Generalitat y a la posibilidad de gobernar de nuevo. Con esas actitudes, las de Montilla y Puigcercós, a Más se las ponen - como se dice en Catalunya- como a Felipe V, es decir, en bandeja.
Yo opto por Joan Herrera e ICV porque significa una opción que no se resigna al gobierno de la derecha, una opción que reivindica la gestión de la izquierda en Catalunya en estos últimos años, que pese a todo y a la falta de un discurso político que explicara su actuación, ha comportado en realidad una actualización y modernización muy superior a la de los años de gobierno de Pujol.
Yo opto por Joan Herrera e ICV porque su programa establece la prioridad de la lucha contra la crisis desde una posición clara y genuinamente de izquierdas, contra las políticas de renuncia del PSOE basadas en el recorte de derechos y en cargar el peso de la crisis de forma unilateral sobre los trabajadores y las capas populares (sólo les ha faltado traer a Corbacho para acabar de desmoralizar a los propios afiliados del PSC). Porque ICV reitera la necesidad de un cambio imprescindible de la política fiscal: no sólo que grave a los que más tienen y a los beneficios especulativos, sino que potencie la lucha contra el fraude fiscal. Porque es una opción política coherente que en el Parlamento y en la calle ha estado siempre al lado de los sindicatos y la clase trabajadora.
Yo opto por Joan Herrera e ICV porque ponen por delante el conflicto social, sin renunciar a la defensa de los derechos nacionales de Catalunya y a la esperanza que represento el nuevo Estatut mutilado por el Tribunal Constitucional. Y porque su modelo es claramente el de una España federal y plurinacional como mejor marco de convivencia para todos.
Joan Herrera e ICV tienen una opción claramente definida a favor de los derechos sociales y la laicidad de la sociedad. Laicidad de verdad, no como las vergonzantes posiciones del PSOE y del PSC que se inclinan ante el peso de la Iglesia. Este pasado domingo, Zapatero se hacía el progre en la campaña diciendo que él no se inclinaba como el PP y CiU ante la Iglesia. Eso sí, no explicó por qué ha retirado la Ley de Libertad Religiosa ni mencionó que el suyo ha sido el gobierno que más ha subvencionado a la Iglesia (en este sentido, y pese a no ser santo de mi devoción, reconozco el magnifico artículo de Fernando Savater en el país sobre el tema).
Yo opto por Joan Herrera e ICV porque es la formación que une las raíces de un hilo rojo, que proviene del magnífico proyecto de integración social que significó el PSUC de la transición y que conocí a finales de los 60, con un nuevo hilo verde de un ecologismo necesario para hacer frente al desarrollismo, que no desarrollo, hegemónico hoy en día y que está enterrando las posibilidades de la sostenibilidad del planeta.
Joan Herrera e ICV significan una izquierda cierta, de verdad, que no se envuelve en banderas sino que defiende la ciudadanía y sus derechos a cara descubierta. Es la única fuerza política que da la cara por la inmigración frente a los ataques más o menos virulentos de todas las derechas, desde las ultramontanas hasta la xenofobia táctica que el PP ha hecho entrar en esta campaña y el fariseísmo de CiU (sólo hay que escuchar a Duran Lleida quejándose de que Catalunya va a perder su identidad porque la mayoría de los nuevos catalanes que nacen son hijos de inmigrantes), y la falta de respuesta de las otras opciones.
Yo opto por ICV porque es una opción política que mantiene un compromiso de solidaridad internacional en temas como el del Sahara, frente a las vergonzosas actitudes del Gobierno Zapatero y las de aquellos que anteponen los intereses a la defensa de los derechos humanos.
Yo opto por Herrera e ICV porque es una opción, como antes fue el viejo PSUC, que tiene las manos limpias y a la que no se le conocen corruptelas que afectan a otros. Porque es un partido que no engaña a nadie sobre lo que es, y por eso los medios de la derecha catalana y su portavoz “La Vanguardia”, la del inefable Conde de Godo, ha hecho de ICV y de Joan Saura el centro de su crítica constante y encarnizada durante los últimos cuatro años, expresando el deseo de los intereses de los poderosos en Catalunya de echar como fuese a ICV del Gobierno de la Generalitat.
Y opto entre otras muchas cosas por ICV, porque es la opción que en Catalunya nos ha reconciliado a muchos de los perdedores con nuestra Memoria Histórica con mayúsculas. Una memoria histórica que es la del pueblo catalán que como el resto de los pueblos del estado fue oprimido por una dictadura sangrienta y que hoy reivindica a los que lucharon por la legitimidad republicana en la guerra civil y en la lucha clandestina contra la dictadura.
Y finalmente opto por Joan Herrera e ICV porque son los únicos que aún no han arrojado la toalla y que están dando la batalla política por una victoria de la izquierda, pese a la rendición del resto de sus hasta ahora compañeros de gobierno. Y la batalla electoral no está perdida hasta el 28. A lo mejor es por esto que las encuestas señalan que ICV es el partido del tripartito que mejor saldrá de las elecciones. A lo mejor es porque las enfoca a la ofensiva y no en retirada como otros.
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