Joan Saura |
nuevatribuna.es |05 Julio 2011
Sin duda el Manifiesto hecho público hace unos días por un grupo de intelectuales y artistas, “Una Ilusión Compartida”, es un hecho importante y esperanzador. No sólo por los firmantes, que también, sino por el contenido del propio manifiesto.
El manifiesto pone, negro sobre blanco, un hecho que una gran parte de la sociedad, de las gentes de izquierda piensa en su interior. Es necesaria una nueva fuerza que nos represente en el ámbito del estado. Y no nos sirven como referente ninguna de las dos fuerzas, una mayoritaria y otra minoritaria que hasta el presente lo han pretendido. Una, el PSOE, porque su práctica política, por decirlo claramente sus políticas económicas y laborales de derechas, la han alejado de forma irreversible del espacio de la izquierda. La otra IU, porque a pesar de contar con algunas de las voces más lúcidas de la izquierda como es el caso de su portavoz parlamentario, Gaspar Llamazares, ha demostrado que es incapaz de superar sus capillas y sus comportamientos sectarios, que es una fuerza, especialmente en su estructura organizativa más anclada en el pasado que en el futuro.
El manifiesto llama a recuperar la ilusión y el orgullo de las gentes de izquierda, malbaratado por algunos de sus políticos. Hay una gran parte de la ciudadanía de izquierdas que está indignada, irritada y descontenta de la marcha de las cosas. De que la crisis se esté saldando con más injusticia social, con más desigualdad y con recortes y ataques continuados a lo público y a los derechos sociales. Las luchas sindicales y sociales han sido hasta ahora las formas de canalizar el descontento. Pero es evidente que es imprescindible una respuesta política y desde la política, que canalice toda esta energía y la vehicule políticamente.
Es evidente que la izquierda no está muerta ni dormida. Cada día surgen iniciativas políticas de carácter general y territorial que demuestran que hay alguna cosa que quiere surgir y cambiar el actual espectro político.
Es necesaria la confluencia de todas las corrientes partidarias de la regeneración de la política, que debe pasar por acabar con el actual bipartidismo excluyente que siempre gobierna al servicio de los poderosos. Así lo han demostrado todos los gobiernos de la era democrática. En mayor o menor medida, y salvo contadas excepciones su legislación ha favorecido de forma clara a los intereses de las clases dominantes.
Hasta el presente ha sido el movimiento sindical, con todas las deficiencias y las críticas que se le quiera hacer, la última, y casi única, defensa e instrumento que ha permitido defender los intereses de las clases trabajadoras. Ahora el movimiento sindical, la izquierda social, realmente existente, sin duda vivero de las ideas de izquierda, está en el punto de mira de la derecha, al ser el único movimiento sólido y estructurado de izquierdas en el ámbito del conjunto del estado.
Pero la izquierda social, que también bulle en los movimientos sociales menos estructurados, precisa de forma urgente de una expresión potente y clara en el ámbito político. Sin supeditaciones de unos a otros, con plena autonomía e independencia, pero como dos claras expresiones de la izquierda, una social y otra política.
Como dice el manifiesto, origen de este artículo es necesaria “la regeneración democrática, la dignificación de las condiciones laborales, la defensa de los servicios públicos y el desarrollo de una economía sostenible, comprometida con el respeto ecológico y al servicio de las personas”. Y es evidente que para conseguir estos objetivos es necesaria una renovación política a la izquierda.
Es necesaria más política, hay que reivindicar el valor de la política, pero de otra política que se base en “el orgullo de su honradez, su legitimidad y su transparencia”. Pero para ello es preciso otra forma de hacer política a partir de nuevas formas participación política y de la confluencia y la suma de todos aquellos que compartan la ilusión de los ideales solidarios de la izquierda democrática y social.
Afortunadamente existe tejido social que se siente y se reivindica de la izquierda. Es precisa una amplia convocatoria que permita que confluyan las diversas sensibilidades de la izquierda y la ecología, con ánimo de construir, de sumar, no de controlar ni de dirigir.
Para hacer frente a la injusticia hemos de recuperar la ilusión y necesitamos de todos y especialmente de aquellos que existen y que se encuentran entre nuestros capitales. Es necesaria una gran coalición, un amplio espectro rojo- verde que articule movimientos de ámbito estatal con otros de ámbitos autonómicos. Todos en defensa de otra política, de una política republicana, federal, de izquierdas y ecologista.
Es preciso que nuestros mejores políticos hagan un esfuerzo y tengan una gran dosis de generosidad, de la que muchos son capaces. Hay muchos grupos y movimientos que pueden participar, desde los mismos promotores del manifiesto con Luis García Montero y Almudena Grandes a la cabeza, con la IU Abierta de Gaspar Llamazares y su propuesta de “Frente Amplio”, con EQUO y Juantxo López de Uralde, Inés Sabanés o Joaquín Nieto, con la gente de ICV, con gente como Joan Saura que tanto saben de buscar aliados y de crear una izquierda moderna, y sus amigos de otras partes del estado, con gente y personas como Antonio Gutiérrez que ha sabido mantenerse en una difícil coherencia personal, etc. Estos y otros muchos con ganas, más o menos conocidos. Son gente que conocen y saben lo que les une y como deben hacerlo para crear lo que nos hace falta. Sin duda, si lo intentan, tendrán el apoyo y sostén de mucha gente y de una gran parte del movimiento sindical de este país.
¡Necesitamos ya la concreción que haga posible “Una Ilusión Compartida”! ¡¡ No defrauden a las gentes de izquierdas!! ¡¡Han de ponerse ya a trabajar!! La Derecha está presta a gobernar y no nos perdonaremos que no haya una alternativa que dé ilusión, moral y coraje a los ciudadanos a los que les late el corazón político en la izquierda
Luis Garcia Montero |
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada