nuevatribuna.es | 09 Mayo 2011 -
Barcelona ha sido una ciudad que, desde las primeras elecciones municipales, ha sido gobernada siempre por la izquierda mediante coaliciones del PSC con el PSUC primero, y con ICV-EUiA después, excepto un breve período de tiempo en el que también entró ERC en el gobierno.
Es evidente que nadie puede negar el cambio y la profunda trasformación que los gobiernos de la izquierda han hecho durante todos estos años. Hoy Barcelona es una ciudad internacionalmente conocida y admirada.
Pero es ahora, coincidiendo con la crisis, con el cambio político que recientemente se ha dado en Catalunya que parece que el gobierno de Barcelona puede estar al alcance de la derecha. Realmente hasta hoy, Barcelona es el último bastión de la izquierda como ciudad, una vez que, ya hace años Madrid cayó en manos del PP. El actual proceso electoral se plantea como una batalla muy reñida por el gobierno de la ciudad. Y una batalla de especial repercusión por lo que representa hoy Barcelona para la izquierda catalana e incluso española.
Podríamos hacer un balance del último período del gobierno de la ciudad. Un balance poco conocido y que sin duda es ampliamente positivo. Barcelona es una ciudad con poco déficit económico, su endeudamiento es inferior al 40%, frente al casi 200% de Madrid o Valencia. Es decir que es una ciudad económicamente saneada. A la vez es una ciudad donde se han potenciado de forma importante las políticas sociales, desde iniciativas para crear empleo, hasta importantes políticas en educación, sanidad o atención a las personas etc. Se han duplicado las guarderías municipales, la asistencia domiciliaria a las personas con dificultades, en especial ancianos, se ha hecho, conjuntamente con las entidades sociales, una buena política a las personas con riesgo de exclusión, etc. Y esto se ha podido hacer con una política claramente de izquierdas al no rebajar la presión impositiva que ha permitido hacer políticas sociales y no aumentar de forma excesiva el endeudamiento.
Todo esto se ha hecho desde un Ayuntamiento gobernado en minoría por PSC- ICV. En las políticas sociales el gobierno de la ciudad ha ido a una, pero sin embargo ha habido algunos desencuentros, en algunos temas no demasiados en cuantía, pero sí muy gráficos, en el equipo de gobierno. Así el alcalde Hereu y el PSC han contado con el apoyo de CiU en algunos temas polémicos como la reforma de los terrenos del FC Barcelona, que finalmente no se ha realizado con el cambio de la directiva del club, la construcción del Hotel Vela en la bocana del puerto y que conlleva la construcción de un nuevo puerto para embarcaciones de lujo, los Juegos Olímpicos de Invierno, o la Normativa sobre Civismo. Junto a ello el fiasco del referéndum sobre la reforma de la Diagonal.
Y cuales son los protagonistas de esta batalla electoral por la ciudad Condal:
El alcalde Hereu, en un momento en que parecía estar en horas bajas, y donde se había impuesto la imagen de alcalde gritón que parecía reñir en todas sus intervenciones a los propios ciudadanos, ha sido puesto en cuestión por su propio partido el PSC, que intentó una operación para descabalgarlo de la candidatura y reemplazarlo por la ex Consellera Montserrat Tura. Sin embargo Hereu salió ampliamente vencedor en la consulta a la militancia del PSC y desde entonces parece no sólo haber salido reforzado, pese a no tener el apoyo del partido, con nuevas energías y con una nueva apariencia no sólo resolutiva sino con mayor garra y pasión que le ha hecho que remonte en las encuestas. Es la baza que juega el PSC, la de un alcalde renovado, que cuenta sólo con el aval de su partido en Barcelona y con una animadversión por parte de la dirección del PSC a nivel de Catalunya, y con un equipo alejado de la excelencia. El papel de la dirección del PSC parece ser nuevamente el de una opción que juega contra si misma. En las elecciones al Parlament, Montilla, presidente y candidato del PSC renegaba del gobierno tripartito que el había presido. Ahora el PSC públicamente ha intentado reemplazar al alcalde de Barcelona. Realmente el PSC está en un estado de confusión y horas bajas que a nivel de Catalunya puede llevarle a perder gran parte de su músculo municipalista.
Por CiU se presenta de nuevo el veterano, tal vez demasiado, Xavier Trías, ex Conseller con Pujol, una figura dificilmente presentable como el candidato a una renovación de la ciudad. Pese a intentar dotarse de unas formas alejadas a la de los nuevos y agresivos dirigentes del partido, la política de Trias es la de la derecha liberal recién instalada en el gobierno de la Generalitat. En el anterior mandato Trias y CiU siempre se han opuesto a los programas de políticas sociales del gobierno municipal, a la vez que como ya he explicado han dado su apoyo a las propuestas más monumentalistas del alcalde Hereu, y a las políticas represivas de la Normativa de Civismo. Parece claro que Trias sólo puede acceder al gobierno mediante un pacto con el PP, en un gobierno de la derecha pura y dura, o a través de un acuerdo sociovergente, cabe decir que una parte importante del equipo de Hereu, gente como Caners o Escarp, serían plenamente compatible con convergencia. Lo que si parece evidente es que Trias aplicará la misma política de recortes que Mas plantea para Catalunya, que no se enfrentará sino que se subordinará al Govern de la Generalitat y que comparte su malquerencia hacia lo público. Un ejemplo claro, Trías está radicalmente en contra de más guarderías publicas y es más partidario de cheques para ir a las privadas.
El PP, presenta la misma cara de siempre con Alberto Fernández Díaz de alcaldable y con su consabida política de mano dura contra la inmigración, la seguridad ciudadana a ultranza, etc. Es un representante del PP de toda la vida que junto con su hermano, que ejerce de diputado en Madrid, son un fiel reflejo de la ortodoxia del partido.
Jordi Portabella se presenta de nuevo en una candidatura de su partido ERC, con el de Laporta, que es el segundo de la lista, y con Reagrupament, la escisión que por la derecha tuvo ERC por estar en el gobierno tripartito de la Generalitat. Más que una candidatura de ERC, es una candidatura puramente de Portabella, que ha aprovechado la mala situación del partido para montar una propuesta que es difícilmente catalogable. Dice que es la candidatura de la Unidad de los Independentistas, pero ¿como se definen socialmente?, ¿es posible que un partido que se dice de izquierdas vaya conjuntamente con una persona populista y de derechas como Laporta y su gente, o con una escisión propia de su propio partido?. Todo este guirigay se explica fácilmente. Portabella es un superviviente, el único personaje que queda en ERC de la anterior dirección de Colom y Pilar Rahola, y no tenido empacho en pactar con Reagrupament que no tiene la más mínima incidencia en Barcelona y darle un candidato entre los cinco primeros, y con Laporta lo mismo, le ha dado dos candidatos entre los cinco primeros, con lo cual su presunto partido se queda también con sólo dos candidatos entre los cinco primeros. ¿Y con qué política? Es indiferente, la de la supervivencia personal pura y simplemente.
Finalmente el quinto partido que juega en esta batalla por Barcelona es la coalición ICV-EUiA, que se presenta por primera vez encabezada por Ricard Gomà. Como ya hemos dicho este partido ha formado parte y ha influido en el gobierno de la ciudad desde las primeras elecciones democráticas. En este último período han conseguido especialmente evitar un giro de derechas y recortes sociales por parte de su socio de gobierno. El alcaldable Ricard Gomá es un excelente candidato, ha demostrado su valía en el área de servicios sociales donde ha sido responsable los últimos cuatro años y desde donde ha conseguido una gran complicidad con el entramado social existente. Es un candidato riguroso y serio, al que sí algo le falta es el típico populismo tan típico de nuestros políticos. Gomá plantea claramente que debe hacerse un cambio desde la izquierda del modelo actual de ciudad. Más ciudad para los ciudadanos, y olvidarse ya de la política de grandes acontecimientos. Plantea que la crisis debe paliarse eliminando lo superfluo como puede ser la construcción del nuevo Zoo Marino, o nuevos túneles. Que debe regularse la oferta turística y que la ciudad no puede vivir para los turistas sino con los turistas, los cuales deben pagar una tasa. Priorizar que la calle sea de los ciudadanos, más que de los coches, a los que hay que ponerles dificultades. Esta política de amabilidad para los vecinos que ya se ha puesto en marcha en zonas como Gracia o Sants, plantea ampliarla a zonas del Ensanche, mediante macro-manzanas en las que se impida el transito de coches. Ampliar el servicio de bicicletas municipales (el “bycing” ha llegado a tener más de 150.000 abonados) y la potenciación ecológica de la ciudad con mayor presencia de energías alternativas, así como potenciar a los emprendedores que ayuden a un cambio de modelo productivo ecológico y sostenible. En definitiva es una apuesta para continuar la construcción de la ciudad de izquierdas pero actualizando los parámetros.
A quince días de las elecciones la situación se presenta muy ajustada. Hay dos bloques, el de CiU y PP, los dos con conceptos políticos y económicos típicos de la derecha, y sólo diferenciados por la retórica nacionalista de uno y españolista de otro, pero factible de aliarse especialmente con la vista puesta en las próximas elecciones generales del año próximo. Por el otro lado el alcalde Hereu, con un PSC en horas bajas, y una ICV-EUiA, que es hoy por hoy la única opción de izquierdas que ha sabido capear mejor el temporal de la derecha convergente y que es, en este momento, el adversario más claro y decidido contra el Govern de Artur Más. Y en medio y, lamentablemente, a lo mejor para decidir, la candidatura Portabella-Laporta la cual seguramente mirará de acercarse al sol que más caliente.
En dos semanas la respuesta.
Barcelona- Barri Gòtic
Què pensa de la possibilitat de que PxC pugui entrar, per primer cop, en algun consistori -fins i tot el de BCN-?
ResponEliminaI de les opcions que hi ha a l'esquerra d'ICV-EUiA? Les CUP, Des de Baix...
Les enquestes, a més, donen un regidor a Ciutadan's... Com els qualificaria socialment?
Gràcies
Respecte a les possibilitats de PxC, no crec que entri en el consistori de Barcelona, i e una derrota de la democracia que estigui present en els consistoris una formació clarament xenòfoba i racista, només cal veure el seu spot electoral.
ResponEliminaLes opcions minoritaries, jo no diria en cap cas a l'esquerra de ICV-EUiA, tenen possibilitats únicament en petites poblacions.
Pel que fa a Ciutadans, dubto de les seves possibilitats, i socialment el qualificaria com un sinònim del partir de la Rosa Diaz, centralistes i objectivament fent el joc a la dreta, excepte en comptades ocasiones.